Capitulo 28

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El viernes amaneció un día precioso. Evidentemente Sheila

no fue consciente de ello hasta que a media mañana salió a la

calle en su tiempo de descanso. Su intención a la hora de

coger su café y sentarse en ese banco que ya sabía más de su

vida que su propia familia, era analizar las sensaciones que

bailaban dentro de ella desde la noche anterior. Había sido

todo tan perfecto... tan romántico... tan Oliver... Pero para

su desgracia, Samuel salió detrás de ella pisándole los

talones y haciendo planes para esa noche. Planes que la

incluían a ella, por supuesto.

—Podemos ir a cenar a un chino y después mover el

esqueleto hasta caer desfallecidos en cualquier garito que

tenga buena música. ¿Qué me dices?—Preguntó

entusiasmado.

—Lo siento, corazón, pero ya tengo planes.

—Venga ya, no te creo. ¡Si tú nunca sales!

—Te lo estoy diciendo en serio, Samuel, ya he

quedado.

—¿Puedo saber con quién?—Curioso la miró.

Estaba claro que no la creía.

—Pues con Oliver, Dairene, Angeles y Ricardo. Tengo

amigos, ¿sabes?—Perdón, es que como siempre te quedas en casa y

nunca haces vida social, pues creí que tú de amigos cero

patatero.

—Pues ya ves... sí que salgo, lo que pasa que no

siempre os lo cuento todo.

—¿Y adónde vais a ir?

—A un club que seguramente ni conoces...—dudó en

seguir hablando.

—Preciosa, conozco todos los garitos de Nueva

York. ¿Es alguno de esos pijos donde sólo te dejan entrar si

vas vestido de etiqueta?

—Veamos, ¿conoces el Lust?—Por la cara que puso

estaba claro que sí.

—¿Hablas del club sexual? ¿Ese que es súper

exclusivo?—Estaba alucinado, se le notaba.

—Sí, de ese mismo. ¿Has estado alguna vez en él?

—¿Estás de coña? Ahí sólo va la gente de pasta, y

discúlpame, pero tú no tienes pinta de estar forrada.

—No, no lo estoy—suspiró con dramatismo—, soy

más pobre que las ratas que corretean por las alcantarillas

de esta ciudad.

—Un colega me ha contado que los socios de ese

club pagan un dineral y que no dejan entrar a cualquiera. Así

que venga, dime la verdad.

—Tienes razón. Allí no entra cualquiera, pero ya

ves... yo hace un par de meses que entro sin ser socia.

Bienvenida al club,relajate y disfruta.(Lust #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora