Capitulo 19

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Oliver paró en su tienda favorita de delicatessen para

comprar algunas cosas y hacerle esa noche a la asturiana una

cena suculenta y también compró una botella de vino. Todo

de la mejor calidad. Él no era un sibarita, a pesar de haberlo

tenido todo en la vida, sus padres lo habían educado de la

forma que entendiera que las cosas no caían del cielo, que

había que ganárselas, pero de vez en cuando le gustaba

gastarse la pasta en productos exclusivos. Se lo merecía. Y

sí, quería impresionar a su "mujercita" con sus dotes

culinarias, para qué mentir. Y cuando él cocinaba, lo hacía

con productos de la mayor calidad posible, era la mejor

manera de asegurarse que todo estuviera delicioso. Eso y el

mimo que él le ponía a la tarea de cocinar. Era raro, pero le

gustaba hacerlo, que se le iba a hacer.Una vez hecha la compra, se dirigió a su casa. No

tenía muy clara la hora de llegada de la asturiana, no habían

quedado en nada, pero suponía que sería antes de las ocho.

Esa mañana, con la idea de cerciorarse de que ella estuviera

bien y, no hubiera cambiado de idea, se había pasado por su

trabajo llevándose la desagradable sorpresa de que estaba

de descanso. Con las ganas que tenía de verla... Y eso que

habían estado juntos hasta bien entrada la madrugada del

domingo, pero ella era como un imán que lo atraía

poderosamente y no podía controlarlo.

Llegó a casa y lo primero que hizo, aparte de dejar

las bolsas de la compra en la cocina, fue ponerse un pantalón

de deporte negro y una camiseta gris de la universidad.

Luego, sin más tiempo que perder, regresó a la cocina y

dispuso sobre la encimera los ingredientes que iba a

necesitar para la cena. Un par de buenos chuletones de buey,

setas frescas para la guarnición, y las verduras para la

ensalada. Se lavó las manos y se puso manos a la obra.

En casa de Jenny, Sheila estaba embelesada viendo

por segunda vez los vídeos que su amiga había hecho en Las

Vegas mientras ésta se daba una ducha.Ella tenía razón, hacían muy buena pareja, y aunque

se notaba un pelín que estaban un poco pasados de copas,

también se notaba que entre ellos había una química

especial. Pero sobre todo, se veía a leguas que se lo estaban

pasando de puta madre. La primera vez que vio el vídeo de

la discoteca "Oasis", donde el rubiales le había pedido

matrimonio, se había sorprendido muchísimo al ver su

propia reacción. Saltaba y gritaba como una loca ante ese

Bienvenida al club,relajate y disfruta.(Lust #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora