Inspiró con fuerza para llenarse los pulmones de aire y así
tener el valor necesario para acercarse a ella, y con decisión
se situó a su lado en la barra. Esperando que tarde o
temprano se girase hacia él y lo viera. Si hubiese contado
hasta diez, ni siquiera hubiera llegado a tres. Como a cámara
lenta la vio girar su cabeza. Una gran sonrisa dejaba ver sus
dientes perfectos e inmaculados. Una sonrisa que se borró de
golpe en cuanto advirtió su presencia. Compuso una mueca
rara y se sacudió, igual que si un escalofrío hubiese
recorrido su cuerpo. A continuación se volvió hacia su amiga
y la oyó maldecir:
—¡Hostia puta, Jenny! Dime que estoy muy borracha
y que el tío que tengo al lado es una alucinación—. Su amiga
soltó una carcajada y mirando a la derecha de Sheila negó
con la cabeza.
—Cielo, no estás borracha porque sólo te has
bebido dos copas, y no, el tipo que está a tu lado no es una
alucinación, es de verdad. El rubiales está pegado a ti como
una lapa.
—¡Joder, joder, joder! No me lo puedo creer.—Pues deberías, ojalá mis alucinaciones y
espejismos tuvieran su aspecto...—Ante este último
comentario Oliver sonrió.
—Qué pasa, asturiana, ¿no te alegras de verme?
Porque sinceramente, yo estoy encantado de verte a ti.
—Sabes de sobra mi contestación—le dijo clavando
sus impresionantes ojos en él—, ¿qué coño haces aquí?
¿Acaso estás siguiéndome?—Oliver soltó una sonora
carcajada que le molestó.
—Punto uno—contestó con seriedad—, yo no
persigo a las mujeres, y punto dos, estoy aquí por trabajo.
—Qué casualidad... Sabías de sobra que este fin de
semana estaría aquí.
—¿Y crees que me perdería una de mis fiestas en el
club sólo por seguirte?—Negó con la cabeza—. ¡Ni de coña,
asturiana!
—Perfecto, piérdete por ahí y déjame en paz,
¿quieres?
—Tengo una idea mejor—dijo pegándose más a ella
—. Ya que por casualidades de la vida ambos estamos aquí,
creo que éste sería un buen momento para empezar a enterrar
esa hacha que insistes en mantener alzada, ¿me sigues?
—Lo siento, pero no me interesa—Jenny le dio un
codazo para nada disimulado en el costado—. He venido
con una amiga y como tú comprenderás no...—Oh, si es por mí no te preocupes, Sheila—dijo su
compañera—. Mi primo y sus amigos acaban de llegar y voy
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Bienvenida al club,relajate y disfruta.(Lust #2)
RomanceSheila, una asturiana de armas tomar que abandona su tierra natal dispuesta a buscarse la vida, y de paso, recuperar el control de ésta, llega a Nueva York arrasándolo todo a su paso con su fuerte personalidad. Dos titanes que están destinados a enc...