Dos semanas. Ese era el tiempo que había pasado desde su
último encuentro con la asturiana. Cada vez que pensaba en
todo lo que había pasado aquella noche... Tenía que
reconocer que la tía tenía los ovarios bien puestos. No le
había temblado la mano a la hora de invitarlo a jugar para
después dejarlo atado al poste de una cama completamente
desnudo y excitadísimo. Qué cabreo se había pillado cuando
se dio cuenta de que aquella puesta en escena tan bien
elaborada no era más que una venganza por haber dicho de
ella cosas horribles. Y él que creía que lo que pasaba era
que a ella le iba el rollo BDSM y era un ama... ¿En qué
demonios estaba pensando para creer que aquel absurdo plan
suyo iba a obtener resultados positivos? Se había
equivocado totalmente al hacer las cosas. Por su afán de
conseguir sus propósitos, se olvidó de las reglas más
básicas. Pero sobre todo, se olvidó de que ella no era como
las demás. No. Ella era diferente en todos los aspectos. Por
eso quizá, la tuviera en el pensamiento día sí y día también,
llegando a pensar a veces que lo que le pasaba era que
estaba obsesionado con ella. Ni siquiera Lilian en sus
mejores tiempos ocupó tanto su mente. Ella le gustaba. Todo
de ella le gustaba, para qué mentir si era la puta verdad.Hasta su carácter lo traía loco. Tan pronto estaba de una
mala hostia que era capaz de arrancarte la cabeza con un
simple gesto pareciéndote un ogro, como que te encandilaba
con su sonrisa contagiosa de niña pequeña siendo la más
dulce de las princesas. Era auténtica. Única. Y él, estaba
cayendo en su embrujo a pasos agigantados, no lo podía
evitar.
Aquella mañana, cuando se despidieron en la calle
después de tener una pequeña bronca y un sexo increíble, le
dijo que el día anterior lo habían llamado de Las Vegas para
comunicarle que su boda era legal. Una pequeña mentirijilla
que esperaba lo ayudara a conocerla más. Mucho más.Tenía un nuevo plan que no tenía nada que ver con el
rollo sexual. Esta vez funcionaría, estaba seguro de ello. Su
reacción al saber que estaban legalmente casados había sido
un encogimiento de hombros y una palabra. «Soluciónalo».
¡Increíble pero cierto! No había vuelto a verla, y tampoco a
hablar con ella. En primer lugar porque un viaje de negocios
lo había llevado diez días a Michigan. Y en segundo, porque
cuando habló con su amigo Ricardo antes de que éste y Angeles
se fueran a disfrutar el regalo de cumpleaños de sus padres,
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Bienvenida al club,relajate y disfruta.(Lust #2)
RomanceSheila, una asturiana de armas tomar que abandona su tierra natal dispuesta a buscarse la vida, y de paso, recuperar el control de ésta, llega a Nueva York arrasándolo todo a su paso con su fuerte personalidad. Dos titanes que están destinados a enc...