Capitulo 33

1 1 0
                                    

¿Qué narices significaba aquello? ¿El rubiales se iba a una

de las habitaciones con la mujer que según él tanto

detestaba? ¿En serio? ¡Oh no, no, no y no! Bufando por lo

bajo salió del salón antes siquiera de que a su amiga Dairene

le diera tiempo a llegar a ella. Tenía claro que, precisamente

ahora, no era nadie en la vida de él como para reprocharle

nada. Pero lo que no iba a consentir era que, el muy

gilipollas, cometiera una estupidez acostándose con la mujer

que tanto daño le había hecho porque, tarde o temprano se

arrepentiría. Tenía un pie puesto en el primer peldaño de las

escaleras cuando alguien tiró con fuerza de su brazo,

obligándola a girarse con cara de pocos amigos.

—¿Se puede saber adónde coño vas?—Le increpó

Dairene.

—Esa pregunta sobra, ¿no te parece? Creo que es

bastante evidente adónde me dirijo.

—¿Te has vuelto loca? No puedes hacerlo.

—¡Oh, sí, claro que puedo!—Se soltó del agarre de

su amiga de un tirón—. Observa y verás.

—No te lo voy a permitir, Sheila—siseó poniéndose

delante de ella impidiéndole el paso.—¡Tú no eres nadie para prohibirme nada!—Gritó

fuera de sí—. ¿Acaso no ves que tu hermano va a cometer

una equivocación revolcándose con esa zorra? Hay que

impedirlo, por el amor de Dios...

—Yo no soy nadie para prohibirte nada, igual que tú

no eres nadie para impedir que mi hermano que, por cierto,

es mayorcito, cometa errores. Sé perfectamente cómo te

sientes porque yo estoy tan estupefacta como tú. Si él ha

decidido subir con ella a una habitación, por algo será. Y

seguro que nada tiene que ver con lo que ambas pensamos.

Te apuesto lo que quieras a que mi hermano tiene un buen

motivo para hacer algo así.

—Pues discúlpame, pero yo no estoy tan segura.

Está cabreado conmigo y, esta es su manera de vengarse de

mí, acostándose con ella.

—¿Ah sí? Y dime, si mi hermano no sabe que estás

aquí, ¿qué sentido tiene hacerlo? No sé, digo yo que, si fuera

como tú dices, lo que haría sería pasearse por el salón con

Bella para regodearse. Para darte celos—bajó el tono de voz

al ver acercarse a una pareja—. Debes tranquilizarte y

confiar en él, cielo. Parece mentira para ti que todavía no

sepas que mi hermano no suele dar puntada sin hilo.

—¿De verdad crees que está tramando algo?

—Eso espero, porque si no es así, te juro que yo

misma lo cojo de los cataplines y le hago cantar la traviata

Bienvenida al club,relajate y disfruta.(Lust #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora