Capitulo 18

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«¿Dónde se habrá metido la asturiana?»—Se preguntó

Oliver. Llevaba un buen rato solo, esperándola apoyado en

la barra. Su hermana bailaba en la pista con Mustafá. Ella no

perdía el tiempo y hacía bien. Miró por enésima vez hacia la

puerta y entonces vio a la increíble mujer que se había

anclado en su mente con fuerza. Recorría con la mirada el

salón, buscándolos. Llevaba un vestido azul que le quedaba

como un guante. Tenía un cuerpo tan bonito... tan sensual...

No era muy alta, y tampoco era excesivamente delgada.

Tenía el tamaño y las medidas justas para él. Su melena

color chocolate, caía en cascada hasta los omóplatos. Suave.

Brillante. Sedoso. Y sus ojos... esos que en aquel mismo

instante lo observaban enmarcados por unas pestañas tupidas

y largas, eran de un azul tan intenso que lo deslumbraban.

Tragó saliva porque ella conseguía dejarlo a menudo con la

garganta seca, sobre todo si le sonreía. Sí, no tenía ninguna

duda de que podría reconocerla entre un millón de mujeres

sin problema. Cuando la tuvo casi a su lado, miró sus labios

pecaminosos. Dios, era preciosa. Realmente preciosa, y él

estaba a punto de compartir su día a día con ella durante un

mes. Podían pasar tantas cosas entre ellos en esos treinta

días...—¿Dónde estabas?—Preguntó cogiéndola por la

cintura. Ella dio un paso atrás.

—Que corra el aire, Hércules. ¿Pocahontas?

—Mi hermana está en la pista con Mustafá. Y

respecto a eso de que corra el aire, ni lo sueñes, Maléfica.

Hay demasiados ojos pendientes de nosotros.

—¿Has traído lo que te dije?—Fue directa al grano.

—Sí, está en mi despacho.

—Quiero verlo. Ahora.

—¿Ansiosa?

—No—mintió—. Me parece que este es un buen

momento para que me lo muestres, tu hermana está

entretenida y no tardará en volver una vez que nos vea

juntos, ya sabes cómo es... Pensará que se está perdiendo

algo y, no querrá dejarnos solos.

—Tienes razón, no había pensado en ella. Pero

tampoco me preocupa, probablemente dentro de un par de

horas esté con alguno de sus amigos. Y entonces, tendremos

todo el tiempo del mundo para nosotros sin que sospeche

nada.

—¿Sin que sospeche nada? Que poco conoces a tu

hermana si piensas eso. Ella tiene la mosca detrás de la

oreja desde hace días. No sé a ti, pero a mí me atosiga a

preguntas, parece un puto detective privado. Me pone de los

Bienvenida al club,relajate y disfruta.(Lust #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora