Estaba sentada en su escritorio intentando centrarse en el trabajo cuando su móvil sonó anunciando una llamada de Lily.
_ Hola.
_ Hola mariposa _ saludó, alegre como siempre _ voy a pasar por tí a la salida del trabajo y nos vamos de compras.
_ ¿Como para qué? _ preguntó un poco confusa.
_ ¡Ay que despistada eres! ¿Cómo que para qué? En una semana es tu cumpleaños y hay que prepararlo todo.
Había pasado ya más de un mes y medio desde la fiesta de Halloween, todo en el trabajo seguía como siempre aunque en ocasiones se le complicaba un poco.
John y ella mantenían una "no relación" que poco a poco se iba afianzando. Ya no sólo pasaban la noche del viernes juntos, ahora pasaban todo el fin de semana e incluso algunas noches a la semana, donde no sólo dormían, se habían vuelto adictos el uno al otro y disfrutaban explorando sus cuerpos.
Por supuesto nadie lo sabía, solamente Lily, que se la pasaba bromeando a su hermano diciéndole que parecía que vivían juntos, pues eran más las noches que pasaba con ella que en su propia casa, y eso que no sabía lo que ocurría cada vez que se encontraban solos en la oficina, donde cada vez que tenía ocasión, la atrapaba entre sus brazos robándole algún que otro beso al que Luna respondía por unos segundos, hasta darse de cuenta de donde se encontraban, separándose de él y regañándolo, a lo que él solamente le respondía con una sonrisa, pues antes o después, volvería a hacerlo.
_ ¿Es necesario? _ preguntó rendida, pues sabía que cuando algo se le metía entre oreja y oreja, la única forma de sacárselo sería cortándole la cabeza _ ya te dije que yo nunca lo celebro.
_ Pero eso era antes, ahora me tienes a mí. Además, ya hablé con Will y con mi hermano, así que el sábado vamos a ir a cenar y luego nos vamos a algún antro a mover esas curvas, que sé bien como las mueves _ le dijo de forma insinuante.
_ Está bien _ le respondió sonriente _ nos vemos después.
Colgó la llamada recordando aquella noche...
Era un viernes noche y John y ella habían salido del club, pasaron a cenar a un pequeño restaurante y decidieron ir a tomar algo antes de irse al departamento. Terminaron en un tugurio donde ponían buena música, se sentaron en uno de los sofás que tenía el lugar y pidieron algo de tomar.
No podía dejar de mirarla, estaba increíble, con un leggin de cuero negro y un top de escote caído y espalda abierta de lentejuelas dorado, que mostraba el camino entre sus firmes pechos, cortándole la respiración cada vez que la veía.
Ya llevaban un rato ahí entre copas y arrumacos, cuando comenzó a sonar una canción que a Luna le encantaba. "Tall glass of cyanide - Adam Jensen". Lo cogió de una mano arrastrándolo a la pista y pegando la espalda a su cuerpo, al tiempo que se movía de forma demencialmente sensual, restregando su culo en su parte delantera, provocándolo.
Pasó sus manos por toda su figura pegándose más a ella y haciéndola sentir su prominente erección, la volteó quedando ahora de frente y colocando las manos en su cadera, al tiempo que ella llevaba sus manos a su cuello y seguía moviéndose del mismo modo, no resistió más y devoró su boca de forma salvaje y posesiva, se separaró un momento, apoyando su frente sobre la de ella, mirándola a los ojos mientras sonaba la parte lenta de la canción, perdiéndose en su mirada y volviendo a tomar posesión de sus labios, sin importar donde estaban o quien pudiera verlos, dando un auténtico espectáculo.
_ Si queréis yo os pago el hotel, pero no lo hagáis en público.
Ambos voltearon al reconocer la voz de Lily ¿qué demonios hacía ahí? No lo sabían pero ya no podían ocultarlo más, Luna se puso totalmente colorada y John tuvo que esconderse tras su cuerpo intentando ocultar el bulto en su pantalón.
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Una Voz Entre Sombras
RomansaCentrado en el trabajo no tenía ni quería nada que ver con ninguna mujer, pero cuando escuchó su voz por primera vez ya no pudo sacársela de la cabeza. Ella vivía encerrada en su oscuridad y soledad, ocultándose del mundo hasta que lo conoció a él...