Capítulo 24

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Regresamos a casa al siguiente día. Mi insolencia hizo que me hiciera caso. No podía quedarme en Rusia un día más, aunque estar ahí fue lo mejor que me pudo haber pasado en mucho tiempo. La paz y la hermosa naturaleza era lo más cerca que tenía a una vida normal. Sin preocupaciones.

Recibí órdenes estrictas de no asomarme por el Montreal hasta que mi rodilla estuviera perfectamente sana. Podía caminar, aunque no podía estar de pie por tantas horas y usando los tacones del infierno.

Tampoco podía ir a la oficina, según Stoner, yo todavía seguía en Rusia y Dorian regresaría a dar el informe de la semana por mí.

—No pienso quedarme aquí encerrada y no hacer nada—Me quejo con mi amigo—Es patético.

—Ya oíste al señor—Se burla—Debes guardar reposo.

—Debes admitir algo—le digo, no pudimos hablar en el avión. Esta vez mi fobia no salió a la luz, ya que me tomé un par de calmantes para el dolor que me tumbaron hasta aterrizar. —El comportamiento de Aleksei conmigo, cuando caí a la piscina, se veía tan...

—¿Real? —concluye por mí.

—No solamente real—Murmuro—Me sentí...

—¿Segura?

—Deja de hacer eso—Le digo frustrada por adivinar mi lio interior—Segura no sé si sea la palabra, hay algo extraño en él, puede tener la mejor mujer a su lado, pero conmigo es como si se empeñara a...

— ¿Enamorarte?

— ¡Vete a la mierda! —Le grito lanzándole una almohada a la cabeza.

—Nena, para empezar deberías de verte en un espejo. Las mujeres con las que se le ha visto involucrado no te llegan ni a la sombra, eres más hermosa y real. Además ese carácter tuyo parece que a él le gusta.

Lo escucho detalladamente. Mi amigo sabe de estas cosas, él es hombre y uno muy follador, algo que tienen en común, así que algo real debe de tener su análisis esta vez.

—Parece que contigo no se anda con rodeos y claramente el haberte llamado cielo es porque realmente le interesas como mujer, no como su empleada, algo que claramente lo sabes desde que te encerró en su coche—Me toma la cara para que lo mire y continúa—Así como tú has dejado de llamarlo por «Ivanović» para empezar a llamarlo por su nombre.

—¿Te olvidas de lo que pasó en el balcón?

—Lo que pasó en el balcón es su manera de atraparte, soy hombre también. Si no me interesara por alguien, la hubiese o lo hubiese follado ahí mismo y fin del asunto. Pero al contrario de él, solamente te provocó.

—¿Entonces quiere más?

—Ambos quieren más.

Me toco la cara desesperada. —Ese no es mi trabajo, Dorian.

—Sólo alguien como tú pensaría que ibas a conquistar a un hombre solamente por tu voz y que él se quedaría satisfecho con eso. No nena, tu voz lo atrapó, pero tu cuerpo hará que caiga rendido a tus pies.

—¿Cómo puedes estar tan seguro de eso? Ni siquiera yo estoy segura de eso.

—Entonces lo has pensado—No ha sido una pregunta—Ya te lo he dicho, concéntrate, pero no te líes con él sentimentalmente. Sé que suena sucio, pero si en realidad quieres llegar al fondo de todo eso hazlo, no eres una adolescente, eres una mujer grande, sabrás diferenciar lo que es sexo y hacer el amor. Enamorarte o fingir enamorarte de tu objetivo para hacerlo caer.

—¿Y qué pasa si es inocente al final?

Jamás había llegado a esa conclusión, eso solamente significa una cosa. Que quiero que sea libre... un hombre libre... para mí.

La Profesional (libro 1) (Ya en físico y audiolibro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora