Mi Vida en Rosa

CAPITULO 50 - NO ES UN ADIÓS, ES UN HASTA LUEGO

Hoy es nuestro último encuentro, sentimos el sabor amargo de la despedida, desde que comenzamos esta aventura han pasado ya varios años en donde los lazos afectivos se crearon y la amistad se fortaleció. Siempre me sorprendió la calidez con la que fui acogida y la facilidad con la que me hicieron sentir en casa, en familia.

Aún recuerdo la primera vez que los vi, las piernas me fallaban, las manos temblaban de lo nerviosa que estaba, me sudaban, el corazón -ese que hoy mismo tiene la certeza que los adorará toda la vida - latía tan fuerte que lo sentía cual tambor en mis oídos.
Recuerdo que quise hablar, saludarlos, presentarme y la voz no me salío, se quedó atrapada entre mis cuerdas vocales, temerosa tal vez de decir algo indebido.

Ellos por su parte se reían relajados, para nada temerosos de mostrarse tal cual eran frente a mí. Aunque debo reconocer que a medida que los encuentros aumentaron, la confianza fue creciendo así como sus muestras de cariño. Pasé a presenciar desde un tímido agarre de manos hasta un asalto a los sentidos en plena cocina del departamento - y yo que solo iba por un café - después de lo que presencié entendí la explicación con doble sentido del cubano sobre como él suele preparar "el delicioso"  néctar negro - es algo así como un acto de amor... literalmente.

Durante nuestro  último encuentro al presente muchas cosas sucedieron, entre ellos y la más dolorosa fue el adiós definitivo de la matriarca del Clan Ruffo, el horcón de la familia -nuestra querida mera mera - la mujer que con su dulzura y entereza logró formar mujeres de bien, trabajadoras y exitosas.

Tristeza infinita sentí cuando me enteré de la noticia, inmediatamente llamé a Victoria quien al igual que Mauricio cuando la llamó la vimos romper en llanto mientras le dimos el pésame . Fuimos todos al velorio y confieso que si en pantalla disfruto ver lo magistralmente que llora, en la vida real ver su dolor me desgarró el alma, el dolor de las 3 hermanas me conmovió.

Ya ha pasado 1 mes desde ese día y aún el dolor está latente aunque de a poco se le vaya dando paso a la resignación, se acepta pero duele, duele mucho porque uno desea que nuestra madre nos sea eterna .
No obstante y a pesar del aún luto, hemos tratado de que nuestro último encuentro sea lo más ameno posible. A doña Lupita le habría encantado.

Vicky: Este último encuentro me habría encantado que fuera pura fiesta, risas y diversión pero aunque aún no pueda expresar tan abiertamente ni disfrutar a plenitud de estas emociones quiero que sepan lectoras -mis niñas hermosas - que el poder compartir con ustedes a través de esta historia me ha hecho inmensamente feliz.

César: Bendecidos nos sentimos de haber cobrado vida de esta manera en la imaginación de nuestra cómplice y amiga escritora por tantos años. Aún recuerdo cuando comenzamos a cobrar vida allá por el año 2011 en el antiguo foro y cuando creímos que ya todo había acabado, regresamos aquí años después para continuar está emocionante aventura.

Gaby:  Pero ahora sí, ya es hora de ponerle un punto final, de cerrar de manera definitiva está historia. Es necesario para que sus otras creaciones tomen fuerzas.

Mauricio: Igual estaremos presentes en sus otras creaciones - bueno no - aquí los personajes fijos son mis puros ya la tía Gaby y yo andamos de intermitentes entre capítulos y tramas.

Vicky: Lo importante es que estemos juntos, reunidos , presentes y si es posible felices o al menos tratando de ser felices. Ya llegará nuestro tiempo de ser, sino en esta vida será en las próximas, lo que no queremos jamás es dejar de existir en sus corazones. Si aún creen en nosotros, en nuestro amor no se rindan, todo es posible, no abandonen esa creencia, no nos abandonen que si somos para ser ...Seremos.

César: Y seremos mi amor. Porque tú y yo nacimos para Morir Iguales.

Vicky: Para morir iguales

Y un beso es protagonista de este momento justo antes de que se escuche la voz de César a través de una grabación recitandole a su amada está hermosa poesía.

VICTORIA
Decirte que te amo se me queda pequeño,
alguien debería inventar nuevas palabras para definir mis sentimientos de entrega, de devoción, de admiración, de necesitarte cada segundo.
Eso siento y más.
Te digo que te amo, pero ya lo sabes,
quizás de tanto repetírtelo se desvirtúan las palabras, pero no, cada vez que te lo digo es porque mi amor por ti ha aumentado.

Victoria...
Quiero que lo sepas, no te amo en pasado,
no te amo en presente, ni te amo en futuro,
Este amor, es un amor sin tiempo, tampoco tiene distancias, es simplemente amor puro, cargado de ilusiones, lleno de promesas que no deben cumplirse porque ya se cumplieron todas al conocerte.

Te amo, como dos palabras que forman una sonrisa en tus labios,
como dos cielos llenos de colores reflejados en tus ojos, como dos palabras infinitas que no deben dejar de sentirse.
Amarte en realidad es un premio,
desconozco si te merezco, al menos lucho por merecerte, pero es un premio, es un regalo que cualquier persona debería recibir,
pero que sólo yo tengo.

Por dejarme amarte te doy las gracias
y te ofrezco mil años de amor
que condenso en este poema que te entrego desde el fondo de mi corazón. TE AMO

Y así con esta despedida encerrada en un beso enamorado de sus protagonistas en esta hermosa poesía cerramos está historia.

Gracias infinitas por el apoyo, por la paciencia, los comentarios y el cariño que le han dado a esta historia.

Ahora sí, finalmente después de 12 años de que escribí la primera línea y siendo esté el segundo final que le escribo, me despido. Como diría nuestro querido César, esto no es un adiós, es un hasta luego. Las espero en mis otras historias que también merecen ser contadas. Un beso enorme a tod@s.