×Capitulo 27×

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Procure que todo el asunto de la boda fuera muy privado, por lo cual le pedí a Roger que tuviéramos una pequeña ceremonia solamente con mis padres siendo testigos de nuestra unión.
Y así fue, al día siguiente de la propuesta tuvimos nuestra ceremonia para firmar los papeles de matrimonio, oficialmente ya era la señora de Waters y estaba lista para volver a Inglaterra.
Nuestro vuelo estaba programado para el 28 de agosto, desde muy temprano llegamos al aeropuerto y arribamos en camino a Londres.
Me sentía aterrada durante el trayecto, era obvio que volvería a ver a David y no me sentía preparada para ese momento.
El camino fue corto, por suerte. Y en cuestión de un par de horas ya nos encontrábamos afuera del estudio donde seguramente estaban todos los chicos.

-¿Estás lista, cielo?.- Pregunto Roger mientras dejaba un beso sobre el dorso de mi mano.

Yo tan solo asentí con la cabeza y lo sostuve fuerte de la mano para entrar con él al lugar.
Rápidamente me encontré con Richard y Nick, ellos se abalanzaron contra mí para abrazarme.

-¡_______!, ¡Te extrañe tanto.- Grito Richard emocionado, me estaban asfixiando con amor por lo cual en el mínimo descuido me separé.
-Yo igual los extrañe. -Respondí con una sonrisa.
-¿Por qué tanto alboroto?...

Esa voz, esa maldita voz que me ponía tan nerviosa desde el primer momento en que lo conocí.
Sentía como mi cuerpo temblaba y mis mejillas ardían, en cualquier momento podría desmayarme. Pero por suerte, Roger se acercó a mi para sostenerme por sí algo malo llegara a pasar.
Me gire para poder encontrarme frente a frente con David, quien había llegado con una joven de finos cabellos dorados y ojos azules.
Pude notar la expresión de David, era como si el mismísimo Dios estuviera frente a él.

-¿________?, ¿Que haces aquí?.-Pregunto David totalmente confundido.-Creí que seguías en Francia.
-Ella volvió a Inglaterra por mi, es mi esposa.-Respondió Roger mientras que con uno de sus brazos rodeaba mi cintura.
Aún continuaba en shock y no sabía que decir o como actuar.
-¿Tu esposa?.-Volvió a preguntar David esta vez con la voz un poco temblorosa, al instante tosió e imito la acción de Roger con su esposa.-Bueno, felicidades por la boda.
-Lo mismo digo.-Al fin había soltado unas cuantas palabras, aunque la verdad me moría de ganas por salir corriendo y llorar.- ¿No me vas a presentar a tu esposa, David?.
-Si, por supuesto. Ella es Alice Gilmour, Alice ella es ______, al parecer oficialmente Waters.
-Es un gusto conocerte.-Respondió la rubia extendiendo su mano hacia mi, yo tan solo asentí ligeramente con la cabeza.
Roger rompió con el momento tan incómodo y nos pidió que pasáramos al estudio, antes de que el entrará a la cabina dejó un corto beso sobre mis labios y yo le correspondí.
Mientras ellos trabajaban yo tome asiento en un sofá para leer una revista que traía, era el pretexto perfecto para ver de reojo a David.

-Se perfectamente quien eres, pero al parecer tú no me conoces a mi.-Dijo la rubia mientras tomaba asiento a mi lado. En ningún momento la miré, era mejor no hacerlo ya que la idea de convivir con la esposa del amor de mi vida era inimaginable.
-No te conozco ni quiero hacerlo, así que te pido espacio.-Respondí con voz firme mientras tenía la mirada divagando por el rostro de David.-
-No dejaré que me lo quites, no otra vez. Tú ya estás casada con Roger, conformate con eso y aléjate de David.-Habló Alice mientras me tomaba de la barbilla, era obvio que se había dado cuenta de que miraba a su esposo. Rápidamente y con un movimiento brusco tome su mano para presionarla.
-Es la última vez que me tocas, a la próxima tus lindos ojos azules se verán opacados por un color púrpura al rededor de ellos.

Fue lo último que dije y me puse de pie para poder salir del estudio.

× 𝑇𝑤𝑜 𝑑𝑎𝑛𝑔𝑒𝑟𝑜𝑢𝑠 𝑙𝑜𝑣𝑒𝑟𝑠 ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora