ᴡᴀʀ ᴏꜰ ʜᴇᴀʀᴛꜱ | ᴊᴀᴄᴋꜱᴏɴ ᴀᴠᴇʀʏ

Capítulo 1 🫀

Temporada 4 Episodio 6

Emily:

La ruidosa alarma suena en mi mesa de noche, frunzo el ceño mientras busco la alarma a ciegas para apagarla de una maldita vez.

Cuando eres cirujano cada segundo de sueño cuenta, y cuando digo cada segundo lo digo en serio. Abro los ojos lentamente para adecuarme al lugar, estoy la habitación de invitados en el apartamento de mi amigo de la infancia Brent Thorne.

Como todo personal del área de la salud debes conocer a las dos grandes fundaciones, la de Harper Avery y la Hotch-Thorne. Ambas son influentes en el mundo de la medicina y competitivas entre ellas.

Yo parte de la Fundación Hotch-Thorne y debo decir que apesta, pues los ojos siempre están puestos sobre ti y tus cirugías. Sin contar la necesidad de preservar el legado familiar.

Hablando de familia... sin duda extraño a mis padres y a mi hermano menor. Los tres viven en Quantico, pues allí trabajan. No suelo verlos tan seguido ya que mi trabajo tampoco me permite muchos días libres, pero siempre estamos en contacto.

Me levanto de la cama para ir al baño y prepararme para el primer día en mi nuevo trabajo en otro hospital. El cambio me sienta bien ya me estaba hartando un poco del hospital en Nueva York.

Una vez que estoy lista tomo desayuno, me despido de Brent y subo a mi auto para ir a mi destino. El trayecto se me hace, cuando menos me doy cuenta ya estoy en el estacionamiento.

Ingreso al Seattle Grace, cierro los ojos antes de seguir mi camino. De ahora en adelante este hospital se volverá mi hogar, pues no suelo salir mucho ya que casi siempre tengo mucho trabajo.

Me acerco a uno de los mesones en el primer piso, pues debo firmar un par de papeles para mi ingreso. Y con un par de papeles me refiero a un montón, es lo único que odio de los nuevos trabajos.

—Emily Hotchner —reconozco la voz de Webber, el jefe de cirugía—. Tu primer día.

—Tengo un montón de papeleo para probarlo —termino de firmar un espacio para fijarme en él—. Es lo único que odio de esta parte.

Me llevo una grata sorpresa al darme cuenta que no viene solo, si no con el famoso neurocirujano Derek Shepherd. Le sonrío inconscientemente, pues alcanzamos a coincidir en Nueva York.

—Derek Shepherd, estoy casi seguro que has oído a hablar de Emily Hotchner.

—Claro, la cardiocirujana más joven —me sonríe—. Estuvo en el Hospital de Nueva York mientras yo aún trabajaba allí.

—Sí, estuve allí —le doy la mano a modo de saludo—. Es bueno verlo de nuevo.

—Él es el Dr. Mark Sloan, jefe de cirugía plástica.

Santa mierda, esto debe ser una broma. No puede ser él. Sus ojos me miran con clara sorpresa, pero se recompone de inmediato y pasa a su faceta coqueta como siempre.

—Emily Hotchner —Mark sonríe de lado y me tiende la mano—. Bienvenida.

—Con permiso —dice Derek antes de llevarse a su amigo.

—Tengo que decir que me complace tenerte aquí, Emily —confiesa el jefe—. Eres una cirujana de talla mundial.

—Sé que me gustará estar aquí —murmuro pensativa—. Puede que sea mi último cambio de hospital.

Parte de mi espera que sea así, no quiero seguir mudándome de un lado a otro. Recibo nuevas ofertas de trabajo cada mes, incluso en el hospital de la Fundación siguen mandándome contratos, los cuales nunca firmo.