Se trata de la diversión y lo voluble de la situación, como el mismo humo al fondo de una copa, al fondo de los recuerdos más trágicos, con movimientos y situaciones irreales, locuras interminables, tristezas miserables, caóticas llenas de alcohol, de dulces caricias, de celos controversiales, imitaciones de lo real y al mismo tiempo vuelvo a mirar el mismo vaso.
Pues ahora no me siento más enérgico sino que vuelvo a caer en este vacío, tristeza y lamentos, ¿curioso no? Para mí no lo era, me veía agridulce y sin cobijas, sin velas, reflejandome con los apartados, con los colosales, muevo mi cabeza repasando, otra vez volviendo a mis oscuros y macabros pensamientos, se vuelve a repetir, giro las estrellas buscando ánimo a mis comedias a relatar más bella palidonia, más bella que la anterior siquiera, intentando distraerme del actual yo.
Mis párpados caen, mi ruseña sonrisa en picada, cavando mi tumba, surcando penumbras, y vuelvo, otra vez, seguidamente, estoy aquí, sigo atrapado, mirando a mis lados, mirando deserebrado, deseando ser otro, buscando encajar, porque el imperfecto gana sin siquiera intentar, tiene lo que yo hubiera deseado, suplicado y amado, ahora quiero seguir los pasos del idiota porque ya no me siento suficiente para algo, talvez revertir sea la solución, y vuelvo por última vez, esta vez es en verdad, porque me encuentro acabado en el suelo de mi cuarto, insultado y bosiferando, carcomiendo y susurrando, entre vasos y botellas, entre luces de claveles, entre rizos y manos mal trechos, ahogado en sentimientos indeseados, queriendo dormir sin pensarlo, sólo moviéndome de vez en cuando, sólo mirando el vacío de mi cabidad nazal.
Desearía que estés aquí, mi medicamento, Sullistecia, mi receta, inercia sinestetica, como escribir en una fiesta, o tildar sin una veleta, como ridículo pensamiento que de mi sale bella, porque solo es cuestión de mirarlo de reojo y respirar, la voz de una mujer susurra vida mi, amor a mi, en el eco del balcón y en la situación, ahora desierto comprendo, realmente no entiendo, porque me siento distópico y nuevamente solo.
La carta de un ebrio, de un mendigo, de un amante, de un dueño, del sueño de ensueños y de insultos pendejos, de rimas de consuelos, de recuerdos de celos, figuras de sexo, trastornos en ebreo, un beso en vuelo y un adiós sincero.
Ahora mi pecho se ahoga, mientras más tengo menos siento, cúmulo de partículas singulares, de odio y recelo, de seducción y deseo, de compacion, de creshendos, desearía buscar la respuesta a todo al final de una caja de cereales.
Es fácil estar mal, lo difícil es estar bien, mirando la oscuridad tierna, e regresado soledad vieja amiga sin igual, despertar porque aún me siento dormido, y mirar la ventana buscando la respuesta, navegar nada más porque ya no me siento en mi lugar, porque lo que decía no superar sólo resultó real, serotonina era la palabra al final.
ESTÁS LEYENDO
Historias de una noche
RandomEn la noche, un joven que entre sus sábanas no concilia el sueño queda viendo hacia la oscuridad de su habitación, mientras mas la mira más su mente empieza a cuestionarse sobre si misma, sobre lo que pasa, y lo que pasará, su mente indaga en lo más...