La Luna #1

53 7 10
                                    

Un día agotador en el trabajo, llego a la casa y mi gato está acostado sobre mi sofá, es otro día de esos donde la noche es más clara, es perfecta. Me cambio para la ocasión, algo elegante y simple a la vez, no dejo de pensar en que tu estarás allí y hoy será ese día especial donde mi amor por ti será revelado.

La noche pasa todo esta listo, solo unos cuantos detalles más y este día será para conmemorar. Salgo a mi techo donde esta la mesa limpia y unas cuantas velas, y un plato sobre la mesa, tu silla está limpia frente a la mía, antes de sentarme le digo:

–Buenas noches, estas más bella de lo que recuerdo.

Veo que te sonrojas y sueltas unas pequeñas risas, tomo asiento y miro a tus ojos grises, tus labios fríos como hielo y tu piel blanca como la nieve, tu cabello azul oscuro.

–Como has estado mi ángel, te veo algo desanimada.

Ella solo me mira con tristeza y me dice:

–La noche no es la misma sin ti, te extrañe.

–Yo esperaba esta noche más que cualquiera sin ti.

Su sonrisa me dejaba sin aliento, era la mayor felicidad que tenia, mi corazón tenía tanta alegría que no sabía como expresarla.

–Esta noche es algo especial, hay algo que quiero regalarte pero todo a su tiempo.

–Me encantan las sorpresas.

Me sonrió una vez más, yo solo no podía dejar de verla, era tan bella, pero lo que más quería era su sonrisa, no soportaba verla triste, eso nunca.

Termine de comer y agradecí la bella noche, ella era mirándome como si yo fuera el único aquí. Todo en ella es perfecto, tanto su sentimientos, emociones y pensamientos como su cuerpo y rostro, es el amor de mi vida y esta noche es donde confieso mi amor diciéndole.

–Mi luna bella tu eres la más hermosa y esa es una verdad que me a quedado claro, nosotros hemos superado muchas cosas pero aun así quiero hacerte una pequeña pregunta.

Ella se sonrojada y me mira con impresión diciendo:

–Que quieres preguntame. Me devuelve una pequeña sonrisa.

Me inclino hacia ella, tan radiante y la miro diciendo con suavidad:

–¿Quieres ser mi esposa?

Ella se derrumba y empieza a llorar...

–Me haces feliz pero no podemos estar juntos, tu eres una persona y yo soy inalcanzable, estamos a miles de kilómetros del otro. Yo viviré por siempre pero tú morirás, no quiero que me dejes sola, no soportaría un mundo sin ti.

–Si puedo morí por ti eso me haría feliz, mi luna tu eres todo lo que yo quiero, así tenga que viajar miles de kilómetros solo para darte un beso o tener que estar toda la noche para estar a tu lado no me importa, porque yo solo quiero vivir para ti incluso si no estas a mi lado yo te amaré por siempre.

Sus lágrimas caían en la noche, no estaba triste, a ella le alegraba  estar dispuesto a todo eso pero...

–No hagas eso por favor, tu tienes una vida, no merezco ser parte de ella. Tu te ves mejor sin mi, no quiero que mueras por mi culpa.

–Escuchame, tu nunca has sido un obstáculo para mi, tu eres mi vida porque mi corazón dejaría de ser tan feliz y lleno de amor sin tu no estas conmigo. Tu eres el por que me levanto de la cama cada día, tu me ayudas a ser quien soy por que todos los días que me esfuerzo al máximo solo son para esperar la hora que se esconda el sol para poder verte de nuevo. Es lo único en lo que pienso, en verte otra vez en medio de la noche y ver tu hermoso rostro brillando sobre la ciudad, nada en esta vida me llena más que tu mi luna.

Ella solo me mira con esos ojos llenos de lágrimas y me dice:

–Pero no quiero un mundo sin ti amor, quiero ver la puesta de sol alguna vez junto a ti, tenerte en mis brazos, poderte besar, poderte tocar pero estoy tan lejos de ti que me duele. No quiero volver a estar sola.

–Te prometo que podre tenerte en mis manos, quiero llegar a hacer lo imposible así me cueste la vida pero quiero hacerlo por ti pero para eso necesito que seas la dueña de mi vida. Dime ¿Aceptas ser mi esposa?

...

Historias de una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora