Perdido En el Paraíso

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Una noche especial, la verdad es que celebraba mi cumpleaños y mis amigos insistieron en llevarme a un bar a tomar unas copas y conocer gente, tal vez lo de siempre para ellos para mi era algo nuevo.

Todo era muy ruidoso y movido, lleno de energía y humo de tabaco, salgo para tomar algo de aire.

Podía oír el mar y algunas gotas de lluvia, la vista hacia la playa en la noche era algo que me encantaba, pensaba en lo importante que era haber alcanzado ya esta etapa de la vida y la verdad me sentía algo nervioso para seguir adelante.

—”No hay nada como una gota de alcohol para olvidar las penas del ayer”, o eso suelen decir, para mi uno solo escapa de la realidad que para divertirse.

—Vaya, después de todo si viniste.

—No quería parecer una aguafiestas, además no podía perderme el cumpleaños de un amigo muy especial para mi.

—No sabes cuantos años espere escuchar eso aunque duele un poco jaja.

—Vamos a la playa y te diré lo que en realidad quieres oír.

Tomó mi mano sin aviso y me llevó entre la gente, entre luces de colores, ese olor y aquella música mezclada en ese momento, en ese día tan peculiar.

Bajamos las escaleras y ella seguía tomando mi mano, yo solo me dejaba llevar por el momento.

Estaba cayendo una pequeña llovizna, ella se sacó sus tacones y los tiró hacia la nada.

—Ufff no sabes lo hermoso que es poder sacarse esas infernales cosas de los pies, la arena entre mis dedos se siente delicioso.

—Jaja y ¿por que los llevabas puestos?

—No lo entenderías, es algo de chicas.

—Sabes este cumpleaños lo tiene todo, la apacible noche sobre nosotros, hermosa luna llena, la playa y sobre todo suave brisa con lluvia.

—Te lo mereces y te mereces mucho más.

—Pero lo mejor de todo eso es que tu estas junto a mi y al estar así no me importa ya nada asi que te lo diré-

—Antes de eso déjame comenzar primero.

—La noche es joven...

Ella mira al cielo y camina delante de mi mostrando como pone sus delicadas manos atrás de su cintura, dejándome ver su cabello rubio en el viento.

—Eres la persona más maravillosa y más gentil que tuve el honor de conocer, si tan solo fueras un poco más abierto hacia las personas tal vez nunca me hubieras conocido y doy gracias por eso.

Aquella vez nos conocimos de niños, tan solo te vi sentado solo y me llamaste la atención “El recreo durará mucho hoy, ¿verdad?” eso fue lo que te dije y nuestra amistad nació.

Nuestra amistad fue la mejor pero tuvo que terminar, un cierto día tan solo me cambie de escuela pero aun así viniste a verme a mi casa los días que podías a hacerme reír, pensar y sobre todo lo más hermoso que me diste fue tu amistad.

—Solo quiero darte las gracias, por que cuando mi mundo se caía a pedazos apareciste tu y desearía tenerte de verdad aquí pero un día simplemente deje de ir a tu casa, la vida se complicaba y el tiempo me faltaba, pero cuando quería volver a verte tu ya no vivías en aquella casa, no sabes lo triste que me puse cuando recordé que te estaba olvidando.

—Pero nunca te odie por eso, tan solo crecimos y seguimos con nuestras vidas, nunca te olvide por que me diste mucho y por eso te amo.

—Yo siempre lo hice pero desearía volver a verte y decirte de verdad lo que siento, lo agradeció que estoy y que cada día de mi vida siempre te tuve en mi mente.

—Pero ya es tiempo de dejarme ir, es tiempo de despertar del sueño.

—Tan solo no puedo, estas en todos lados, estas en todo lo que escribo y en todo lo que canto, te volviste inmortal en mi memoria.

—No llores más por una ilusión, algún día me encontrarás ya sea en vida o en la muerte.

—Tu siempre serás aquel primer y único amor que ame en verdad, te buscaré, tan solo esperame Carolina…

Desperté una vez más a una realidad donde aún no te encuentro, donde sigo escribiendo a los últimos recuerdos que tengo de ti y te sigo inmortalizando hasta mis días.

Nunca te olvidare Carolina…

Historias de una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora