La señora María se encontraba cortando las verduras sobre la tabla de madera en su cocina. Ya casi iban a ser las nueve y Antonio no había comido nada desde que llegó del colegio. Ese día ella se había tenido que quedar hasta tarde en el trabajo. Luego le tocó hacer las compras en un mercado, lo que le llevó una hora más. Cuando llegó a su casa, encontró el bolso de su hijo en el mueble.
—¡Antonio, llegué, voy a preparar la cena! —gritó desde afuera del cuarto de él. Nadie le respondió, y ella no prestó mucha atención en ese momento. "Seguro tiene puestos los auriculares", pensó ella.
Vivían en el piso doce de aquel edificio en Mérida, Venezuela. Su esposo había viajado por trabajo, así que solo eran ella y su hijo esa noche dentro del apartamento.
Apagó el arroz, y puso en la hornilla la cacerola con aceite. "Seguro Antonio se preparó algo, si no, estaría aquí apresurándome" pensaba mientras lanzaba los finos pedazos recién cortados de la cebolla, ajo y pimentón dentro de la cacerola.
«Tun Tun Tun» sonó la puerta principal. Alguien llamaba desde afuera.
—¡Antonio! ¡Sal a ver quién está en la puerta! —gritó María mientras lanzaba dos piezas de pollo sobre el aceite hirviendo.
«Tun Tun Tun Tun Tun» volvieron a golpear la puerta, esta vez más fuerte.
—¡Antonio! ¡Sal y vé quién está afuera! —Volvió a gritar María, pero nuevamente nadie le respondió.
«Tun Tun Tun Tun Tun Tun Tun»
—¡VOY¡ —gritó María un poco enojada, sacó las piezas de pollo y apagó la cocina "¿A quién se le ocurre molestar tan tarde" pensó molesta mientas caminaba hasta la puerta principal.
—¿Quién es? —Preguntó desde adentro del apartamento.
—Señora Maria disculpe, es Kimberly, por favor, necesito hablar con usted.
—¿Kimberly? —repitió Maria mientras introducía la llave en el seguro de la puerta antes de abrirla.Kimberly era una compañera de clases de Antonio, varias veces había estado en aquel apartamento, haciendo juntos trabajos para el colegio. —¿Por que no invitas a salir a Kimberly? —le había preguntado tiempo atrás a su hijo, —Creo que le gustas a esa niña.
Pero Antonio siempre le decía que Kimberly era solo una amiga, además de que no era del tipo de muchacha que le llamaba la atención.
—Señora Maria disculpe que la moleste tan tarde —dijo la adolescente apenas se abrió la puerta, hablaba muy apresurado y con un tono de angustia. —Pero necesito ver a Antonio ¿Dónde está?
—¿Antonio? Antonio está en su cuarto —respondió María un poco confundida.
Kimberly entró al apartamento mientras María se movía a un lado para dejarla pasar. Caminó directamente hasta el cuarto de Antonio y comenzó a tocar su puerta con fuerza «Tun Tun Tun» —¡Antonio!— «Tun Tun Tun Tun». —¡Antonio por favor! ¡Ábreme!— «Tun Tun Tun Tun Tun»
—¿Kimberly que te pasa? —dijo María preocupada, poniéndose detrás de ella —Antonio lleva toda la tarde en su cuarto, no ha querido salir.
«TUN TUN TUN TUN TUN TUN TUN TUN»
Kimberly golpeó con mucha más fuerza, pero Antonio seguía sin responder. La muchacha giró su cabeza y María pudo notar un gran miedo en los ojos de ella. Incluso le parecía que estaba a punto de llorar.
«¡CRASH!» Se escuchó dentro del cuarto —¡ANTONIO! —gritó María mientras apartaba a Kimberly, y sacaba su manojo de llaves del bolsillo para abrir aquella puerta.
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LOS PECADOS DE MADIEL
TerrorLa repentina aparición de una aplicación letal transforma la vida tal como la conocemos, convirtiendo el mundo en un lugar donde la sociedad enfrenta una ola de suicidios masivos. Las principales víctimas de este extraño fenómeno son jóvenes. Los c...