— Min Yoongi— mencioné su nombre con la sonrisa que suelo dar en cada foro dando las noticias.
Al parecer, se dio cuenta de aquello, pues me regreso la sonrisa mostrándome sus dientes blancos terminando el cigarro. Movió el vaso de whisky con hielo consumiendo aquel líquido fuerte. Al terminar por completo, no pude dejar de admirar su cabello largo el cual peino.
— Debo admitir que es mucho más hermosa que en televisión— sus ojos se contaron con los míos.
— Gracias, debo decir lo mismo. Sin tener alguna foto de ustedes y que el FBI borrará fotografías suyas es algo impactante, es guapo.
— Que halago, pero señorita Kang, ¿No tiene miedo?
— ¿Por qué debería tenerlo?— me estaba metiendo a la boca de lobo.
Se puso de pie, mientras seguía sentada. La distancia que había entre nosotros quedó por haber desaparecido. Lo tenía frente a mí, movió su cabeza de lado dejando que el cabello largo y rizado diera un toque atractivo: ambas manos quedaron a los costados cerrándome por completo, su colonia era tan deliciosa, tan embriagante.
Mire aquella cicatriz y sus ojos, esos ojos que me están logrando hipnotizar a su merced qué, apuesto que es lo que quería, que me dominé en todos los sentidos. Relamido sus labios y aquella mirada tan penetrante y fría era un... Cerezo. Sin darme cuenta, una pistola con silenciador ya estaba sobre mi barbilla alzando mi rostro fijo a la altura sin perder la mirada.
—Tienes a Agust D frente a ti, quién ve mi rostro no vive para contarlo. Ni siquiera las putas que me he cogido— sin embargo, al hablarme, noté como sus ojos fueron al escote de mi pecho.
— Entonces, jalalo. No tengo nada que perder— sonreí— sabes que soy periodista. Mi vida corre peligro las 24 horas del día, así que dime, ¿A qué es lo que le debo de tener miedo?
Sin ningún tipo de persona, mi pierna fue subiendo con sensualidad y lentitud entre sus piernas. Ante mi acción, sus ojos volvieron a verme y la sonrisa entre mis labios rojos resaltó. Pude ver el deseó que logré entre ambos.
Es muy atractivo, más de lo que me llegué a imaginar y el peligro que sentía se estaban volviendo excitante. Quería sacar todo el estrés y la mejor forma es con sexo, aunque si no es así, tendré que autocomplacerne yo misma. Me tomo de la mandíbula acercándome a sus labios, pocos centímetros mejor dicho.
— No eches leña al fuego, se puede expandir y arderás cómo en el infierno— su aliento pego, su voz clara y profundo logró poner mis bellos de punta.
— Me encantaría arder en el infierno, teniendo al diablo entre mis piernas— susurré, mientras mi pierna hizo más presión en su miembro.
Guardo el arma en sus pantalones, de un jalón de cabello unimos nuestros labios, mis manos rodearon su cuello con impulso mío y sus manos me tomo de los muslos. Me cargó. No sabía cómo tal a dónde me llevaba, estaba tan ocupada comiendo su boca que lo demás no me era de importancia y si moriré, por lo menos tuve sexo al final de la noche.
Abrió una puerta, la cual cerro y por la luz que entraba por el ventanal grande supuse que seguíamos dentro del bar solo que en una habitación, razón que me hizo llegar a pensar que este bar es de su propiedad, además en la forma de como me tomo y, ahora que lo pienso ya no estaba el mesero, ni nadie mas, solo nosotros dos.
Mi cuerpo fue tumbado sobre el gran colchón suave, no dudo en subir sobre mi, al seguir nuestros besos, logré con un moviendo quedar montada sobre él, al verme me alejé para así poder ponerme de pie, mis manos fueron hacia atrás del vestido bajando el cierre mostrando mi cuerpo ante él, la diminuta tanga con algo de encaje enfrente, el hilo era más que una cadena y mi sostén sin ningún tirante, igual de encaje color del vestido, salí de mis tacones.
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Mi señor [JJK/MYG]+21✓
FanfictionCuando nos sentimos atraídos por alguien, nuestro cuerpo produce norepinefrina. Cuanto más fuerte es la atracción, más se produce. Eso es lo que nos da ese inconfundible sentimiento de palmas sudorosas, corazón acelerado y pupilas dilatadas. Sin emb...