Capítulo 21 (Segunda parte)

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~*Capítulo 21: La nota (Segunda Parte)*~


—El Lobo es muy temido, ¿ah?—. Murmuré y cavilé.

Anoche yo conocí a un nuevo Adrián. Uno distinto al que todos conocen y temen. Cuando anoche me aventuré y toqué su rostro con las manos bañadas de sombras, vi a un niño, un niño triste, solitario, indefenso. Es como si me hubiera confiado sólo a mí esa parte más vulnerable de su ser... Y sus arremetidas durante la penetración, más allá de sentirlas sobrecargadas por una vehemente excitación, las sentí como si fueran más una búsqueda desesperada de refugiarse en mí... como un niño de la calle, buscando hogar, en mí, en mi cuerpo, que se abrió para que él entrara.

¿Qué mejor regalo que ese, viniendo de un chico orgulloso y aparentemente estoico? ¿Él, tan fuerte, refugiarse en mí siendo yo tan débil y pequeño a comparación? Se aferró a mi pecho como un niño asustado. Se supo humano en mis brazos. Fui como un descanso luego de haber sido tan fuerte durante tanto tiempo.

Definitivamente anoche no vi al chico al que todos temen...No conocía a ese Adrián. No creía que existiera luego de la bondad que me transmitieron sus caricias.

Miré con curiosidad a Lolo...

—¿De casualidad sabes por qué motivo Adrián es tan temido? ¿Cuál es la fama que le persigue para que sea tan respetado en toda la ciudad? La verdad es que no lo entiendo. ¡Adrián no es peligroso! ¡No es mala persona! ¿Entonces por qué lo ven como si fuera el mismísimo demonio?

Lolo balbuceó.

— ¿Hay algo que sabes y no quieres contarme? —. Lo miré, preocupado.

—Escucha, no te recomiendo que le preguntes a otros, se dicen cosas horrendas, ya sabes cómo es la gente, inventa de más, le pone hasta fantasía a las cosas, las exagera, las distorsiona. Y eso es lo único que he escuchado, pura basura mentirosa. Te aconsejo que cualquier duda que tengas sobre su vida, vayas y lo consultes directamente con Adrián. Quizá poco a poco, él considere confiarte sus cosas, su pasado tan hermético, ¿no crees? Siempre debes acudir a la fuente directa. Nunca sale nada bueno cuando uno se deja llevar por los rumores.

Bajé la mirada y jugué con mis pulgares.

—Tienes razón... supongo que eso hacen las parejas, ¿cierto? —me ruboricé—, confiar uno en el otro, y contarse sus cosas. Es cuestión de tiempo, de ganar esa confianza...

—Espero que lleven una buena comunicación, es vital para que su relación funcione y no caiga como un castillo de naipes ante cualquier soplo de aire.

—Bueno, pero primero debe pedirme que seamos pareja, ¿cierto?

— No dudo que ya te lo haya pedido alguna vez.

Boy Love BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora