Capítulo 12

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A veces, la vida no te da lo que deseas.

Te prevé de algo mejor.

***




« ¿Estarás bien?» Fue lo que me preguntó después de un silencioso y tenso regreso a casa luego de casi... besarnos. Y luego intentó frotarme los brazos para brindarme calor. Pero le seguí rechazando.

Sin más, él se despidió sin saber qué otra cosa hacer por mí.

Aún cojeando por la falta de mi calzado deportivo, me acerqué a la entrada de mi casa sin voltear a verle, cuando detrás de mí, ya se marchaba ruidosamente en su caballo de acero; frustrado de nueva cuenta por mis rechazos.

No, no estaría bien. Esa era la respuesta a su pregunta.

Y me enfermé.


*~Capítulo: ¿La cena familiar?~*



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Al parecer la mala combinación de la zambullida al agua y el fresco aire de la carretera, hizo que se me subiera la temperatura en plena noche y comenzara a delirar. Mamá me cuidó y controló mi fiebre, pero al día siguiente me levantó temprano para llevarme al médico familiar, pero claro, no después de untarme en el cuerpo sus propios olorosos remedios caseros, que en la mayoría de los casos, terminan siendo milagrosos.

No se sorprendan si continuamente me ven visitando al doctor. Lo he hecho desde preescolar y con bastante regularidad. Más de la que me gustaría. Mi vida está plagada de enfermedades, de recaídas; de las que jamás terminaré por acostumbrarme. Quizá por eso, Adrián me hizo esa pregunta anoche. Debí tener un aspecto enfermizo, verdaderamente lamentable cuando me dejó en casa.

Pero, ¿no se percataba que era él, el causante de todos mis males?

Si su deseo era que me encontrara bien, sólo tenía que alejarse de mí.

El doctor con lentes de botella me ordenó que me tendiera boca bajo en la camita. Luego me bajó levemente el pantalón y me puso una inyección que me hizo apretar los dientes y lagrimear; añadiéndole también una reprenda:

—Si sabes que tu estado es delicado, ¿por qué te descuidas de esa manera? —suspiró profundamente, mientras negaba con la cabeza—. Y luego te quejas que tu madre es sobreprotectora contigo. Y lo es, porque no sabes cuidarte por ti mismo. Tu asma no está para que te la pases brincando en cada charco de lluvia que te encuentres. O lo que sea que hayas hecho esta vez.

Boy Love BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora