¿Anoche su boca realmente me mintió?
O fui yo...
porque... quién dijo que los besos eran promesas.
...
Capítulo 24:
Un llamado del Pasado
De nuevo nos encontrábamos frente a frente: La ciudad nocturna y yo.
Esta vez miraba y recorría sus calles bañadas de noche desde la ventanilla opaca de un taxi. La única y última vez que estuve en Blue Rose fue cuando me escapé del paseo escolar y me aventuré a buscar a Carla para evitar que perdiera la razón por un hombre que según yo no valía la pena. ¡Las vueltas que da la vida! Hoy, en cambio, buscaba no perder a ese mismo hombre del que tanto le advertí que se alejara. No fui capaz de escuchar mi propio consejo. En ese entonces temía que Carla fuera embaucada por ese chico libertino, pero fui yo el que anoche terminó en las fauces del lobo y salió herido de gravedad...
Era demasiado tarde para mí. No tenía salvación. El depredador había ganado. Acorraló a su presa y ahora se la come trozo por trozo.
Pronto, el carro de sitio dejó atrás la iluminada avenida principal, giró bruscamente hacia la derecha y se adentró en las callejuelas más recónditas de esa parte de la ciudad. Las prostitutas y los comerciantes de droga comenzaron a aparecer en cada una de las esquinas. Un escalofrío me recorrió el espinazo: Había olvidado lo peligrosas que eran las calles aledañas al lugar donde el Lobo trabajaba. No recordaba que ese era el mundo de Adrián y lo tan distintas que eran nuestras vidas.
Suspiré. Éramos como el agua y el aceite.
—Es aquí —. Apreté los labios cuando apareció ante mis ojos el afamado Blue Rose.
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Boy Love Boy
Romantizm¿Creer en el amor a primera vista? El principal incrédulo era yo. Pero todo cambió, aquella noche lluviosa, en el callejón trasero de Blue Rose, cuando nuestros labios se sintieron por primera vez. Y ya no pude olvidarte. Porque una sola mi...