Un quejido extrañó salió de los labios el omega que no pasó desapercibido por el alfa que sonrió levemente. Sabía que lo estaba sintiendo. Por muy fuerte que fuera Asule tenía el cuerpo de un omega y a pesar de que aquel masaje tenía otro objetivo era imposible reaccionar cuando lo estaba estimulando a la vez.
Sus dedos presionaron aquella zona sensible y fue descendiendo apretando la estrecha cintura del mayor encontrando que realmente era pequeña y hasta perfecta para agarrarla desde atrás mientras él... se golpeó mentalmente para no pensar en golpear las nalgas del omega con su cadera. Dios eso era peor para él que para el omega.
Siguió el masaje terminando por la parte baja de la espalda de Asule cuando lo vio tambalearse y lo rodeó desde atrás con su brazo.
-¿ya estás cansado?- Zachaly le preguntó contra su oído- ¿Puedes aguantar un poco más, solo falta un poco?
Asule tenía los ojos cerrados, como si su cuerpo estuviera al límite, pero aun así asintió agotado. Quería dormir, sus piernas temblaban, aunque el dolor había disminuido no se había desvanecido lo suficiente para descansar como deseaba.
Zacha viendo que Asule no podría mantenerse por sus propios medios lo giró contra si e inclinándose lo alzó fácilmente con un brazo debajo de sus muslos.
-Alfa, qué haces- los ojos de Asule se abrieron de golpe.
-Solo ponerte más cómodo- Zacha caminó hasta dejarlo sentado en el borde de una de las mesas de la estancia. Los pies del omega quedaron colgando como si no tuviera fuerza- Así será mejor para ti.
Asule lo miró y pestañeó. No tenía fuerzas para protestar.
-Eres un alfa bastante extraño.
-Porqué dices algo como eso- alzó sus manos en dirección a la parte delantera del cuello y hombros de Asule después de ubicarse entre los muslos de él. La sensación cálida alrededor de su cadera era realmente agradable y él encajaba perfectamente.
-Porque te preocupes si estoy cómodo o no.
Zachaly frunció un poco el ceño.
-Soy un alfa, no una bestia. Si alguien se siente mal delante de mi lo más lígico es que lo ayude a que esté mejor, sea alfa, beta y omega. No sé realmente que le enseñan aquí. Hay alfas que son unos animales, pero no todos.
La expresión de Asule se oscureció un poco.
-la mayoría lo son, sobre todo con nosotros los omegas- su frase fue sumamente fría.
Zacha no iba a discutir en ese momento y menos sobre ese tema. Era algo en donde no tenía muchas las de ganar. Mejor siguió con el masaje desplazando sus manos desde la clavícula marcada hasta los hombros y brazos delgados, pero con músculos definidos, eran extrañamente hermoso, es que el cuerpo de Asule era hermoso, definido, atrayente.
Además de disfrutar aquel masaje curativo estaba fascinado por lo perfecta de su anatomía. De seguro había tenido que trabajar mucho para lograr aquella definición. Siguió apretando las partes necesarias extrayendo la energía que hasta él comenzaba a encontrar incómoda. Había sido verdaderamente un rayo bastante potente.
Separó las manos y las volvió a juntar delante de él para disiparla y volver a activar el hechizo. Cuando pegó sus manos de nuevo al cuerpo de Asule este crispó un poco.
-Están algo más caliente por toda la energía que está concentrada. Solo aguanta un poco más- Zacha presionaba por debajo de sus axilas y corrió sus manos hacia adelante, solo que esta vez estuvieron encima del pecho del omega y oh dios, esa fue su perdición.
Antes había sentido completamente el cuerpo del omega con piel suave sobre músculos sólidos, terciopelo delicioso sobre una superficie dura, pero esa zona. Sus manos se detuvieron y presionaron ligeramente como si apretara dos pequeños senos que no eran tan grandes para llamarse así, pero lo suficientemente suave para que sus dedos se enterraran en ellos.
-¿Qué haces alfa?- las palabras de Asule lo hicieron reaccionar.
-Mi trabajo- dijo el alfa tragado en seco y obligándose a llevar sus manos sobre el vientre plano del mayor.
¿Qué demonios? Esa zona se había sentido realmente bien, casi había perdido el control por unos segundos. Sobre todo, la forma en que sus dedos se habían marcado sobre la tela y como los pezones rosados como melocotones se habían rozado en el medio de sus manos. Tuvo que contenerse de lamerse los colmillos de forma evidente.
Y aunque siguió con el resto del masaje terminando con si abdomen la mano de Asule enrolló la muñeca de él.
-Estás yendo muy abajo alfa- era una advertencia cansada. El omega tenía los ojos cerrados y jadeaba.
Zacha se percató que sus dedos estaban en el borde de su pelvis y solo faltaban centímetros para llegar a la zona más íntima de él. La piel ahí se sentía más caliente debido a los masajes de él, pero al menos ya las hebras negras y eléctricas habían desaparecido, dejando a un muy agotado Asule que tenía su cabeza casi colgando de su cuello.
Lo mejor sería dejarlo descansar para que pudiera recuperarse, sin embargo, para ese momento el alfa estaba lo suficientemente excitado como para no poder dejar pasar el momento.
Subió sus manos lentamente y estas quedaron atrapadas en la estrecha cintura de Asule nuevamente.
-Realmente tienes una cintura muy pequeña- habló con voz grave- más de lo normal y es hermosa- apretó la zona como intentando ver cuánto se podía recoger haciendo que las caderas del omega se vieran excitantemente grandes.
-No- Asule jadeó con algo de incomodidad, aunque no había sido un movimiento intencional doloroso- Detesto esa parte de mí.
Zacha dejó de apretar y masajeó un poco consternado.
-¿Por qué la odias? Es hermosa- Zacha dejaba salir las palabras de su boca sin filtro.
Asule abrió los ojos levemente.
-Por todo lo que implica y lo que me ha hecho pasar. Una cintura tan estrecha no se logra de modo natural- un suspiro salió de sus labios entreabiertos.
Zacha se inclinó para que su mirada se encontrara con la de él sin dejar de masajear.
-¿Fue doloroso?-
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Locura de alfas/ Omegaverse/Trio
Werewolf-Siéntanse bendecidos alfas- el hermoso joven se acercó a aquellos dos alfas- Han conquistado el corazón de este cotizado omega. Responsabilísense- Ellos fueron Primero, conocidos. Después, mis sirvientes. Luego mis alfas Y por último, las personas...