El suave cabello de Asule se ondeó sobre su rostro estoico. Volaba muchos metros por encima del bosque donde se celebraba el Festival. Había ajustado su oído escuchando los diferentes sonidos irreales de allí. Los demonios se movían de un lado hacia el otro pero ninguno de ellos era de su interés. Estaba buscando uno en específico.
Se había adelantado de todos para tener la oportunidad de detectar su objetivo pero al parecer tendría que esperar, todavía no se había mostrado. Conociendo la naturaleza de ese demonio y su gran capacidad se necesitarían más estímulos para que apareciera.
Pero no tuvo que pensar mucho. Algunos sonidos y olores molestos estuvieron pronto detrás de él. Miró por encima del hombro con una tranquilidad tal que denotaba que no le importaba. La sonrisa de tres personas se reflejó en sus pupilas. Asqueroso. Lo miraban como si fuera un bocadillo.
-Nunca pensé que la persona de la que todos hablaran superara mis expectativas- uno de ellos se burló. Asule pudo definir que al menos, dos de ellos, eran alfas. Y allí estaba de nuevo, sucumbiendo al instinto primario de mostrar quien era superior. Les dio lástima, si ellos supieran.
Asule ni siquiera les respondió, solo se giró ligeramente para no mostrar su espalda, no se mostraría vulnerable. Podía sentir como su espada vibraba debajo de él. Si alguno lo atacaba no se responsabilizaba si terminaban sin su cabeza sobre sus hombros.
-Oye omega- la voz de otro lo molestó- No crees que deberías tener más cuidado. Hiciste todo un espectáculo allá atrás-
-Quizás quieres que te enseñemos como deben comportarse los de tu especie-
Asule no se mostró molesto a pesar de estarlo. Simplemente alzó los bordes de sus labios sonriendo y abrió sus ojos con un brillo amenazante. Las feromonas de los dos alfas intentaban dominarlo formando una barrera aplastante alrededor de él.
Ilusos. Pensó Asule. Años de entrenamiento y de reclusión no eran por gusto. Si, era omega pero había aprendido a sellar sus instintos y fortalecido al punto que solo respondería a las feromonas de un alfa que fuera más fuerte que él. Y había pocos que pudieran superarlo, por lo tanto podía lidiar con estas fácilmente, a pesar del mínimo malestar que le provocaban.
Rápidamente rompió la barrera a su alrededor maximizando su poder espiritual y los alfas retrocedieron ante la oleada que los recorrió.
-¿Qué demonios?- uno de los alfas protestó cuando se estabilizó sobre su espada- Eres un maldito omega, ni pienses que me vas a dejar en ridículo dos veces.
La mano del alfa fue directo al interior de su túnica sacando un talismán. El imbécil iba a atacarlo en serio. Asule suspiró. A veces era mejor no salir de la secta. Muchos alfas no habían evolucionado todavía. Después se cuestionaban quien era más inteligente. Definitivamente ellos no eran.
Pero cuando se precipitó seguido de los otros hacia el omega demasiado tranquilo, se detuvieron en seco y se estremecieron hasta que sus cuerpos cayeron de rodillas sobre sus espadas temblantes. Sus rostros estaban totalmente pálidos y sudaban como cerdos.
-Me parece que fueron claros cuando anunciaron las reglas, y la primera era no dañar a ningún compañero-
Asule no tuvo que girarse para saber quién era. Reconocía tanto su olor como su voz y giró la cabeza hacia el otro lado para encontrarse con aquel rostro serio y blanco como el jade.
-¿Usted?- uno de ellos se atrevió a protestar.
El poder espiritual sobre ellos fue tan fuerte unidos de poderosas feromonas alfas que opacó completamente la de ellos y estuvieron al punto de desmayarse.
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Locura de alfas/ Omegaverse/Trio
Werewolf-Siéntanse bendecidos alfas- el hermoso joven se acercó a aquellos dos alfas- Han conquistado el corazón de este cotizado omega. Responsabilísense- Ellos fueron Primero, conocidos. Después, mis sirvientes. Luego mis alfas Y por último, las personas...