Puedo ayudarte

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Zacha gruñó ligeramente y apretó al omega inconsciente entre sus brazos ante la amenaza inminente. Era un instinto natural, aunque este estuviera dirigido a él.

-Te dije que sueltes al joven Asule- Riki volvió a decir esta vez con los dientes apretados y un brillo amenazador en sus ojos- No permitiré que manches la reputación y dignidad de él.

El alfa sabía bien que podría aplastar al pequeño beta con solo quererlo y tomar a Asule de las formas que quisiese, el omega estaba con todas sus defensas bajas y débil, podía devorar cada parte de su cuerpo. Pero él no era una bestia para eso, más bien, estaba ahí ayudándolo a pesar de que había tenido algunos pensamientos indebidos y fuera de lugar.

No era su culpa que Asule fuera alguien tan tentador y que además no hiciera nada para no provocarlos tanto a él como a su hermano. Detrás de esa fachada de omega tranquilo y recto era alguien bastante incitador.

-Si suelto a tu señor en este momento caerá de nalgas al suelo- habló de forma lógica.

Y Riki apretó aun con más fuerza la empuñadura de su espada con impotencia.

-Yo... yo lo llevaré a su habitación. Solo no lo toques más- el beta más que todo estaba nervioso. Asule estaba con los ojos cerrados, completamente denudo en los brazos de un alfa que casi le doblaba el tamaño. Se veía tan vulnerable.

En eso una mano se movió lentamente y rozó el cuello de Zacha. Este reaccionó y miró hacia abajo encontrándose con los ojos verde azules entrecerrados que lo miraban en medio de una neblina.

-Alfa, suéltame- su voz apenas se escuchaba.

Zacha estuvo renuente y lo apretó un poco más contra él.

-¿Estás seguro que puedes mantenerte en pie por ti mismo?- podía sentir las fibras eléctricas corriendo por debajo de la piel del omega. Sabía que estas le provocaban dolor y agotamiento.

-Hmmm- Asule respondió con un leve sonido de la garganta.

Esta vez el alfa no tenía excusa para soltarlo sin hacer una escena, así que, aun en contra lo comenzó a soltar poniendo sus pies en el suelo intentando no fijarse en su desnudez. Sin embargo, Asule no había medido la reacción de su cuerpo y lo débil que estaba. El agua caliente había relajado demasiado sus músculos y se tambaleó cuando sus rodillas se doblaron.

Zacha, que aún mantenía sus brazos aguantados lo sostuvo de nuevo contra él y lo sintió jadear contra su pecho. Rodeó la estrecha cintura desnuda del omega para mantenerlo estable. El cuerpo denudo del mayor humedeció la ropa del alfa que no le molestó en absoluto.

-Señor Asule- Riki rápidamente soltó la espada y con la manta aun en su brazo corrió a su lado y se la puso por encima de los hombros para ocultar su desnudez.

-Gracias- jadeó levemente Asule que fue incorporándose poniendo sus manos primeramente en el pecho del alfa para poner distancia y después agarrando los bordes de la manta y envolviéndola alrededor de él. En un último momento esta no se cerraba completamente por el brazo de Zacha aun alrededor de su cintura. Alzó la cabeza para encontrarse con la mirada de este- ya estoy bien ¿puedes soltarme?- no era una orden, más bien, se lo decía de una forma suave.

Zacha apretó ligeramente los labios sin querer dejarlo de tocar. Al final retiró la mano lentamente acariciando toda la piel de la cintura del omega con la punta de sus dedos sintiendo como esta se erizaba ligeramente bajo su contacto.

El ambiente entre ellos era cargado de tensión, pero Riki estaba ajeno a este. Su enfoque estaba en su señor.

-Señor Asule, será mejor que vaya a descansar y come algo, ya le preparé todo- le beta se mostraba realmente preocupado.

Asule acarició la cabeza de modo de agradecimiento y se giró un poco tembloroso. Podía sentir como el efecto del impacto del trueno se hacía cada vez más fuerte en su interior. Esa noche iba a ser difícil y debía aguantarlo con la boca cerrada para que nadie se diera cuenta. Ya era bastante con que lo vieran en ese estado tan vulnerable.

-Yo puedo ayudarte con eso- la voz de Zacha aun en su lugar hizo que se detuviera después de tres pasos. Lo miró por encima del hombro.

-¿A qué te refieres?

Zacha señaló con la mirada a Riki para darle a entender de lo que iba a hablar y si era necesario que el beta se enterase. Asule sabía que mejor no. Si Riki tomaba conciencia de que había sido golpeado con un rayo al que le daría un ataque sería a él.

-Riki, puedes salir un momento- Asule le dijo.

Los ojos del menor se abrieron.

-¿Y dejarlo de nuevo con esta bestia? Sabe que cuando entré lo tenía cargado desnudo. Podía habérselo devorado.

Ante la mención de aquello algunas imágenes cruzaron la mente de Asule, sobre todo cuando estaba en la secta de los hermanos y rodeado de ellos dos. Sus dedos apretaron la tela que cubría su desnudez.

-Solo lo salvé de no morir ahogado- se defendió Zachaly sacudiendo su cabello con exasperación- Cuando entré estaba dormido y se estaba desplazando. No le iba a ser nada- mi mintió del todo.

Riki aun así lo fulminó con la mirada.

-Riki, puedo defenderme bien. Sal un momento, por favor- Asule repitió esta vez con más convicción y aunque el beta no deseaba dejarlo solo no replicaría una orden de su señor.

Antes de salir agarró la espalda y la empuñó en dirección a Zacha.

-Si le tocas un pelo te castro a ti y a tu hermano.

Zacha alzó los hombros.

-Puedes empezar con mi hermano. Me encantará ver eso- se burló el alfa con una mueca burlona que hizo que el rostro de Riki se pusiera aún más rojo. Definitivamente lo castigaría a su forma la próxima vez.

Locura de alfas/ Omegaverse/TrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora