La hora del famoso banquete después del torneo siempre era algo muy esperado. Pero aquella vez era especial. Todos los presentes esperaban ansiosos a la persona a la que había sido dedicado debido a su indiscutible vencedor. Y no solo por eso. De todos los presentes, aquellos que eran alfas jóvenes eran los más entusiasmados.
No todos los días tenían un omega delante de ellos y totalmente disponible que podrían mostrarlo como toda una pieza de jade. Un omega de su calibre era un orgullo llevarlo a su lado.
Una conclusión muy fácil a la que la mayoría llegaba sin conocer realmente el carácter de aquel nombrado omega. Pero Asule no tenía la intención de ser la pieza maestra de la colección de ningún alfa.
Y lo dejó bien claro al entrar en la sala con paso firme y la espalda recta. Iba al lado de su madre, Dilraba. La omega vestía ropa de color rojo y largas mangas bordadas en perlas e hilos dorados, no necesitaba mucho maquillaje para mostrar sus hermosos y delicados rasgos. Pero aun así los ojos no estaban sobre ella.
La atención recaía completamente en el omega masculino a su lado. A diferencia de su madre y de los cuatro miembros de su secta que los acompañaban, este iba de blanco. Su larga túnica completamente diferente a la usada en el torneo, estaba decorada con detallados patrones de fénix en dorado. La cola de la túnica que rozaba el piso parecía que tuviera plumas al relieve, al igual que los extremos de las vaporosas mangas.
El ajustado cinturón enmarcando una muy delgada cintura tampoco había sido descuidado, dejando a la vista el nivel de detalle al que había sido sometido. Llevaba largos y finos pendientes en sus orejas que rozaban sus hombros y su cabello suelto en sus naturales ondas cenizas había sido peinado en su semirecogido por delicados adornos en forma de plumas de fénix que estaban por toda la corinilla de la cabeza. No llevaba maquillaje, no lo necesitaba, solo un simple bálsamo ligeramente rojo sobre sus labios.
Simplemente una imagen hermosa y exquisita.
A la mayoría se le atoró la respiración la respiración en su garganta y muchos se quedaron atrapados deleitándose con su imagen. No era solo hermoso. Era el porte, la forma de caminar, de respirar, de moverse que los tenía cautivados. Definitivamente era un omega perfecto.
Kansel entrecerró los ojos apreciando a los recién llegados. Definitivamente llamaban la atención. A pesar de que todos habían sacado sus mejores ropajes, los blancos y únicos en su tipo en toda la sala resaltaban por encima de los demás. Se notaba que Dilraba estaba detrás de aquello. La omega era alguien que le gustaba llamar la atención.Ambos se detuvieron delante de él que se disponía encima de una pequeña tarima de alfombras, detrás de una inmensa mesa llena de diversos platos. Kansel les sonrió ligeramente y con el rabillo del ojo estudió la reacción de sus tres hijos. Sobre todo aquello dos más jóvenes los cuales podía sentir que estaban un poco más allá de interesados. No era líder de secta por gusto. Su intuición estaba bien desarrollada.
-Saludos- Asule se inclinó levemente mientras su madre solo movió la cabeza. Los cuatro betas detrás de ellos se postraron completamente.
Kansel se levantó en todo su tamaño de alfa.
-Por fin llegaron, estaba esperando a la estrella de esta noche- alzó una copa y los demás invitados copiaron la acción. Delante de los dos omegas fueron puestas dos copas que tomaron entre sus manos- Un brindis por su destacada participación- y tomó.
Asule miró el líquido transparente dentro de la pequeña copa y con movimientos lentos lo llevó primero a su nariz para después pasarlo a sus labios. No confiaba mucho de lo que le dieran a comer si no estaba en la secta. Era fuerte pero no inmune a las drogas que podrían ponerlo completamente de baja. No podía mostrarse tan vulnerable y menos en un nido de alfas y betas desconocidos que tampoco eran tan inocentes.
ESTÁS LEYENDO
Locura de alfas/ Omegaverse/Trio
Werewolf-Siéntanse bendecidos alfas- el hermoso joven se acercó a aquellos dos alfas- Han conquistado el corazón de este cotizado omega. Responsabilísense- Ellos fueron Primero, conocidos. Después, mis sirvientes. Luego mis alfas Y por último, las personas...