Asule era un omega práctico. Había prioridades.
Número uno: encargarse de la bestia.
Número dos: obtener la joya de esta.
Número tres: castrar con su espada al alfa que había profanado sus labios.
No, con su espada no. Meihua podría ensuciarse y después tardaría mucho en limpiarla y más con lo meticulosa que era su espada. Algo se le ocurriría.
Ahora lo más importante, encargarse del demonio de una vez por toda. Se fijó que Meihua todavía danzaba sobre su nuca. Necesitaría enterrarla al menos un poco más para que pudiera lanzar un hechizo desde adentro con su espada de catalizador. No era tan difícil si solo pudiera enterrarla bien pero ahí era cuando su cuerpo de alfa se la jugaba.
Respiró profundo y miró nuevamente al alfa. No había rastros de sonrojo en su rostro.
-Volaremos sobre la bestia como hice antes, tengo que llegar a mi espada-
Zachaly frunció el ceño y le gruñó posesivamente. Allí iban de nuevo.
-Ya acabamos de tener esta conversación y yo gané. Sino lo haces llamaré a tu hermano para que me lleve, es mucho más flexible a la hora de discutir-
Terminando de decir esto su cintura fue rodeada con fuerza y atraída hacia el alfa fornido.
-No tienes que llamar a mi hermano- sus ojos brillaban.
-Pues muévete- Asule por su parte se mantuvo tranquilo.
Zachaly lo giró sobre la espada manteniéndolo sujeto y retomó el vuelo en dirección a la bestia lo más rápido que pudo. Había notado que solo habían sido escasos minutos hablando con Asule pero su padre y su hermano parecían al punto del colapso evitando los ataques de la bestia.
El omega no dijo nada pero la presión del abrazo sobre él hacía que su cadera se presionara contra el alfa, sintiendo toda su anatomía, incluyendo aquella parte. Se mordió el interior de su boca. No podía negar que era un omega con toda y su preparación. Su cuerpo se estremeció ligeramente reaccionando a él, incluso en aquella situación.
No entendía bien pero aquel alfa hacía que sus nervios temblaran de forma sexual. Cerró sus ojos un momento y se concentró reprendiéndose a sí mismo. Él no era cualquier omega. No podía sucumbir tan fácilmente, además de una reputación había otros factores que no le permitían ser tan fácil y abrir las piernas a cualquier alfa que le hiciera estremecer así.
Bloqueó su mente y se centró. Ahora debía pone manos a la obra. Zachaly ya lo había llevado sobre la bestia. Kansel al verlo le gritó algo a Ishaia y entre ambos hicieron un hechizo en conjunto. Una red de hilos entrecruzados atrapó el cuerpo del demonio. No duraría mucho pero le daría el tiempo suficiente.
Y Asule volvió a saltar. Sus manos lograron agarrar la empuñadura de su espada y volvió a presionar hacia abajo. Sus brazos dolieron y sus huesos crujieron. La piel era realmente dura.
-Déjame ayudarte- unos brazos fuertes pasaron a cada lado de su cabeza y se pusieron sobre sus manos. Asule percibió el característico olor de Ishaia que había saltado hacia él.
Con su ayuda la labor de enterrar la espada no fue tan difícil. El demonio se sacudió cuando la empuñadura tocó su piel. El alfa aguantó al omega en un intento de frenar ser sacudidos por este mientras su padre y hermano entretenían la cabeza.
Asule pronto pronuncio unas palabras rápidamente y su espada se iluminó dentro del cuerpo del demonio. De debajo de las escamas de esta sobresalió un luz turquesa y las runas talladas en sus escamas se fueron desvaneciendo. La bestia rugió una última vez mientras su cuerpo comenzaba a explotar por secciones convirtiéndose en polvo.
ESTÁS LEYENDO
Locura de alfas/ Omegaverse/Trio
Werewolf-Siéntanse bendecidos alfas- el hermoso joven se acercó a aquellos dos alfas- Han conquistado el corazón de este cotizado omega. Responsabilísense- Ellos fueron Primero, conocidos. Después, mis sirvientes. Luego mis alfas Y por último, las personas...