54.

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"Prueba cinco, dos, ocho, tres." La firme voz habló por lo alto. "Sujeto; lobo puro macho. Edad; aproximadamente veinte años. Características; porta una marca dorada en el cuello, lo que indica que está unido a un Omega, del cual se desconoce su paradero."

La horrible sensación de sus vertebras estremeciéndose ante lo que escuchaba provocó que el lobo se revolviera inquieto, con una dolorosa rigidez apoderándose de su nuca.

"Se obtuvo una reacción satisfactoria ante la primera etapa de las pruebas," la criatura continuó. "Al amanecer, se aplicará una nueva ronda de electrochoques mientras permanezca inconsciente para medir su capacidad neuronal regenerativa." Un efímero silencio se apoderó del recinto antes de seguir. "Si el resultado continua siendo positivo, se procederá a elevar la dosis de sustancia experimental."

De nueva cuenta, el silencio reinó dentro de aquellos muros por un largo momento. Sin que ninguna de las criaturas presentes se animara a proferir palabra alguna ante lo que venían escuchando desde varios minutos atrás.

Pasadas más de setenta y dos horas desde que su Omega insistió en repasar a detalle cada una de las páginas de aquel libro, y justo después de que Harry se armara de valor para narrarle finalmente las torturas que atravesó en ese infierno, luchando contra su propio desconsuelo cuando la tristeza de su pareja se volvía imposible de soportar para sus instintos, el Alfa de mirada esmeralda había convocado una reunión con los miembros a cargo de ambas manadas.

Yadid, Matthew, un lobo de nombre Ryan, Alexander, Anna, y Fayga, la Omega que ayudó a traer al mundo a su bebé, se encontraban sentados alrededor de una alargada mesa de madera en el interior de la cabaña perteneciente a aquel mismo Alfa que había interceptado a Harry varias semanas atrás durante una noche lluviosa.

A su lado, Louis se mantenía silenciosamente sereno, prestando atención a las palabras que Matthew repetía por lo alto y que él mismo había tenido oportunidad de memorizar después de pasar los últimos días releyendo aquellos párrafos repletos de dolor.

Harry tuvo que dar muchas explicaciones a su pareja conforme la verdad iba apareciendo frente a sus zafiros, unas más dolorosas que otras. Se vio obligado a confesar, lleno de nada más que repulsión, lo que esos humanos esperaban que hiciera con Evan, lo que ellos mismos causaban a los Omegas que tomaban prisioneros.

Habló con Louis sobre lo que el jodido Becket había mencionado, cada palabra, y cómo tenían que ser extremadamente cuidadosos ahora que desconocían el paradero de esa criatura.

Se lo confesó absolutamente todo, cada uno de sus recuerdos y pesadillas fueron dichos en voz alta para la criatura que Harry más amaba. Dejando expuesta la fragilidad de su espíritu, refugiándose en los brazos de su Omega y en su esencia reconfortante.

"Prueba tres, nueve, dos, cuatro." El cazador Horan continuó al dar vuelta a la hoja, con orbes celestes echando una profunda mirada a los demás antes de armarse de valor para seguir. "Sujeto; Omega hembra. Edad; doce años. Características; descendiente de lobos puros, sin marca," con una mueca desconcertada, el Alfa se tomó un segundo para procesar sus propias palabras antes de carraspear. "Ambos padres muertos. Se le suministró una dosis de estimulante para acelerar su celo, cuando esté lista, será llevada a las..."

De pronto, Matthew dejó escapar un bestial gruñido, muy poco usual en él, a la par que cerraba con brusquedad el libro; lanzándolo ferozmente sobre el centro de la mesa mientras usaba una mano para cubrirse el rostro.

"Suficiente, no seguiré leyendo esa maldita mierda," se quejó detrás de su palma, ráfagas de la molestia que experimentó fluyendo pesadamente a través de su esencia.

Wolves. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora