Regresar a la aldea fue mucho más doloroso de lo Louis que hubiese esperado. Se preparó mentalmente durante todo el camino de vuelta, consciente de lo que los hombres eran capaces de llegar a hacer con tal de pasar por encima de su especie, de mostrarse superiores.
Se planteó el peor de los panoramas posibles y la más fatídica de las escenas una y otra vez, sin embargo, nada de eso fue suficiente cuando se encontró cara a cara con aquella dolorosa imagen.
Erick había accedido, de muy mala gana, a separase de la obstinada criatura para echar un vistazo a la zona y asegurarse de que en ningún momento un ejército de hombres aparecería tomándolos por sorpresa y acabando con ellos ahí mismo. Lo hizo varios kilómetros antes de llegar al lago, forzando al Omega a quedarse oculto en una pequeña cueva formada por dos enormes robles encarnados sobre la tierra y gruñéndole de tal manera que parecía decir; no te muevas de aquí hasta que regrese o estaremos en problemas.
Louis sorprendentemente obedeció el silencioso mandato, esperando con una desconocida paciencia un total de dieciocho minutos exactos antes de que el lobo volviera a aparecer, camuflándose entre los robles y moviéndose ágilmente por la oscuridad.
La mirada que el Alfa le regaló después de confirmar que seguía ahí le hizo saber que, por el momento, la situación se encontraba bajo control en los alrededores, la clase de control que se tiene cuando se está en medio de la guerra, esa que te da la certeza de que puedes dar un par de pasos sin recibir un tiro salido de la nada.
El Omega no podía decidirse si tomar aquello como una buena noticia o no, optando en su lugar por subir de nueva cuenta al lomo del lobo y juntos dar inicio a lo que restaba de su camino de vuelta a casa.
Apenas las patas del Alfa se posaron en los límites de la aldea y él se sintió lo bastante seguro para echar un vistazo; Louis no podía creer lo que veía.
Todo indicaba que la batalla había llegado a su fin, quizá varias horas atrás, en el ambiente no lograba escucharse otra cosa más que los usuales sonidos nocturnos de la naturaleza, pequeños animales, aves, insectos, criaturas ajenas a lo que ocurría en aquel lugar, y el crujido de la madera siendo destruida por las llamas del fuego, construcciones derrumbándose hasta volverse cenizas con la velocidad de un efímero parpadeando.
Los gritos que escuchó más temprano habían cesado, al igual que el constante y ensordecedor rugido de los disparos y explosiones que Louis todavía podía sentir retumbando dentro de su cabeza, como si él mismo estuviese recibiéndolos continuamente. Todo frente a sus ojos era silencio, absoluto silencio, un silencio que no transmitía tranquilidad alguna, que no brindaba ningún tipo de seguridad o confianza.
Se trataba más bien de un silencio de pena, capaz de provocar que escalofríos le recorrieran el cuerpo acompañados de desconsolados susurros rotos. Un silencio de dolor, de agonía.
Bajó de la criatura, procurando no llevarse un mal golpe con sus temblorosos movimientos, y se quedó de pie al lado de la imponente bestia. Observó todos los pinos destruidos a su alrededor, las cabañas completamente destrozadas, las ardientes y rojizas llamaradas elevándose en cualquier dirección al fondo. Y los cuerpos, había tantos cuerpos, tantos cadáveres regados en todas partes; que Louis ni siquiera consiguió contarlos todos.
Captó la mirada de Erick puesta sobre los restos de sus hermanas y hermanos, los mechones de su espalda se alzaron y lo vio clavar las garras sobre la tierra casi con dolor.
"Hey..." habló bajito, animándose a tocar parte del costado del lobo para llamar su atención. "Está bien. Será mejor que sigamos."
No estaba bien, ambos lo sabían, nada en ese lugar podía estar jodidamente bien, el olor a muerte comenzaba a colarse con ímpetu en sus fosas nasales, sobrepasando los últimos atisbos de las fragancias de las criaturas, la imagen quedándose posiblemente arraigada en su cerebro hasta el final de los días; nada estaba bien, y quizás jamás volvería a estarlo.
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Wolves. [TERMINADA]
Fanfiction"La guerra entre lobos y humanos está muy lejos de terminar. Los lobos son fuertes, valientes, guerreros por naturaleza. Pero los humanos están consumidos por el odio y un oscuro deseo de venganza, y eso los convierte en un enemigo altamente peligro...