Los híbridos existen en el mundo desde la fusión de aldeas con personajes increíbles, inevitablemente la raza humana evolucionó con criaturas extraordinarias y por ello nuevos seres que antes parecían ficticios se han unido a la vida cotidiana de fo...
Wonwoo se tomó el tiempo de comprar tres macetas para poner en su propia habitación flores, había investigados qué plantas aguantaban bien el frío además de que dieran un montón de brotes florales coloridos para poder disfrutarlas.
Acomodó como en una casita el manto de paja para cada maceta sobre en mueble en el que guardaba CD's/Acetatos viejos con un tocadiscos.
Su habitación al encontrarse en una casa tradicional coreana era bastante amplia así que tenía mucho espacio e incluso una antesala en el mismo espacio en donde había una mesa de centro con un sofá, la luz cálida caía gracias a unas lámparas y tomó asiento en el espacio del sofá para ver la caja con los bigotes de gato dentro de ella.
Tener todo eso le ayudaba muchísimo a poder controlar sus sentimientos, se estaba entrenando a si mismo para poder mantener bajo control aquellas emociones que explotaban haciéndole perder el control de sus habilidades.
No se sacaba de la cabeza a Hansol.
—Solie es tan amable, me encantaría poder hacer algo por él de igual forma.
Así se quedó meditando en sus posibilidades un rato mientras disfrutaba de un té, en un rato más se iría a acostar pero mientras eso ocurría aprovecharía para pensar.
Había hecho mucho por él ayudándole a cumplir sus deseos ¿Cómo podía devolver aunque sea un poquito de esos favores?
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Unos días después nervioso jugando con sus manos intentaba encontrar el momento perfecto para interceptar al menor, ya lo había intentando varias ocasiones mientras estaban solos pero nada había dado resultado, le faltaba valor.
Fue hasta que lo vio sacar en su lugar su caja de almuerzo, tenían permitido comer en su espacio de trabajo mientras no ensuciaran nada ni dejarán un olor fuerte, era solo bibimbap lo que llevaba en su molde así que no había problema.
"Es mi oportunidad"
Se aclaró la garganta y entonces de un cajón en su escritorio sacó una bolsa roja, como de regalo y tenía un tamaño que apenas te cabía en la palma al sostenerla.
—Hansol, te traje un dulce.
Murmuró mientras lo arrastraba de un escritorio a otro lentamente, el nombrado apenas lo escuchó alzó el rostro en su dirección y notando la acción de sus manos bajó la mirada hasta la bolsa.
No parecía curioso aunque normalmente su expresión no reflejaba nada más que seriedad, así que la tomó con cuidado y la abrió pacientemente.
Sacando lo que estaba dentro al mismo tiempo unos muñecos de nieve muy chiquitos salieron flotando, eran adorables y se quedó un momento mirándolos expectante pues se pusieron a cada lado de su cabeza.
Después volvió al dulce leyendo de cuál se trataba.
