PENÚLTIMO CAPÍTULO DE GEMELOS PROBLEMÁTICOS.
Dedicado a todos los que al levantarse se preguntan si vale la pena continuar con su vida.
Sí, vale la pena. Agradezco que sigan aquí.
Desde el inicio.
NARRADOR OMNISCIENTE
(FLASHBACK)
Alex y Thomas se encontraban sentados en las escaleras mientras veían pasar a los demás padres con sus hijos.
De nuevo él iba a llegar tarde, así que ya estaban mentalizados para quedarse un buen rato esperando a su papá.
Thomas leía la tarea que le habían asignado mientras Alex movía sus pies con pasos de baile que improvisaba.
Solo tenías seis años, pero eran tan inteligentes que aparentaban un poco más. Eran los menores de la gran familia Crild.
La madre de estas criaturas había estado fuera de Los Ángeles hacía más de una semana. Ella había pospuesto mucho ese viaje, pero la reserva en la que estaba trabajando iba a ser invadida si no se movía y tuvo que viajar antes de que ocurriera algún crimen. Su familia la apoyaba y entendía, pero al ser ella el pilar de su hogar, había muchas cosas que no todos lograban hacer bien.
Llegar tarde era uno de los problemas de Kendall.
— ¡Niños! Lo siento mucho, el tráfico estaba horrible y hubo un intento de fuga en un área de contingencia... —Kendall hablaba muy rápido debido al sentimiento de culpa.
Él intentaba ser un buen padre y conservar su trabajo, pero no podía hacer todo a la vez. Ese era su problema. Él no entendía que no podía ser perfecto siempre.
— ¿Me perdonan? Les prometo un helado antes de ir a casa —el hombre prefería buscar el perdón de sus hijos antes que cualquier cosa.
Tal vez por eso Thomas y Alex disfrutaban esa atención. No había mejor sensación que poder chantajear a los mayores por cosas absurdas como llegar tarde. Ellos eran astutos, solo por eso agradecían la demora de su padre.
—Vale —la carita triste de Thomas disimulaba esa sonrisita maliciosa de haber conseguido lo que quería.
Por otro lado, Alex solo veía sus zapatos ajeno a lo que decía el mayor. Él tenía sus propios problemas, no tenía mente para pensar en helado.
— ¿Y tú? —Kendall notaba hasta el más mínimo detalle. Él los conocía tan bien que podía diferenciar incluso cuando uno de los dos hacía una travesura. Sabía cómo era el modo de actuar de sus hijos.
—Vale —la respuesta de Alex no ayudó a que el mayor se tranquilizara.
No se debía a que no lo disculpara, sino que notaba el hecho de que a su hijo más pequeño le pasaba algo. Alex no solía hacer drama por cualquier cosa, por ende su humor no se debía a la tardanza.
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Gemelos Problemáticos [Areté Crild #5] ✔️
Novela JuvenilThomas y Alex Crild son los gemelos más deseados y envidiados del instituto Artois. En pocas palabras, los chicos perfectos. ¿Pero es verdad? ¿Son tan perfectos como todo el mundo cree? La respuesta a eso es fácil: no. Tus problemas y secretos se...