XX. ¿Qué es lo que escondes?

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Mi padre esta sonriente, particularmente hoy se ve feliz, Marc y yo estamos preparados, terminamos la cena en la mesa, tomo su mano, es mi amigo, hemos pasado muchas cosas.

—Sr. Y Sra. Quinn —Marc se dirigió a mis padres —hay algo de lo que queremos hablar con ustedes —mi madre se ve nerviosa, mantengo mi mirada al frente, mi padre piensa que vamos a hablar del compromiso —queremos informarles que no nos casaremos, Gill y yo tenemos intereses diferentes y no nos amamos como para casarnos —mi madre lleva sus manos a su rostro y mi padre abre sus ojos azules, parece congelado, es mi turno.

—Lo siento mamá, papá, sabes desde el principio que no quiero casarme, no se las cosas que tienes pendiente con el Sr. Bennett y te pido que no nos incluyas es las jugadas sucias que sea que hagan, tu piensas que soy una niña ingenua —digo muy segura, mi padre se levanta de golpe, hace que todos saltemos por la sorpresa, me levanto retándolo, Marc no suelta mi mano, estoy dispuesta a enfrentarlo.

—¡Que carajos te pasa Giselle! Y tú, eres un estúpido siguiéndole los juegos a ella —señala a Marc gritando —creen que esto es un juego —camina de un lado a otro y pasa su mano por su cabello en un acto de preocupación.

—No es un juego, por eso no vamos a casarnos —digo y sigo de pie, estoy alerta a todo, mi padre me ignora, parece que lo que le diga no le importa y se dirige a Marc nuevamente.

—Sabes que nos meteremos en problemas con tu padre, esto es un trato tengo que cumplirlo —Marc se levanta de la silla y no se aleja de mí.

—Sr. Quinn eso es algo que usted debe arreglar con él, antes de estar de acuerdo con cualquier petición usted debió poner sus condiciones —dice tratando de mantener un tono sereno.

—Papá ¿Qué clase de trato hiciste? —le pregunto y no me contesta —¡papá! —grito, ya estoy harta de que me ignore.

—¡Cállate de una vez, eres una niñita caprichosa, no entiendes nada de lo que pasa, lo único que tenías que hacer era casarte, ser una mujer decente, hacer caso, no tienes que estar opinando, eres una tonta no entiendes la gravedad del asunto! —no puedo creer lo que acabo de escuchar, me invade la rabia, Marc aprieta mi mano, sabe que estoy a punto de soltar todo lo que sé, claro que no soy una niñita tonta, me duele que mi padre lo diga.

—¡Basta James! no le hables así a tu hija —grita mi madre y él se sorprende, ella jamás en la vida le refuto nada —dinos que es lo que temes ¿por qué le temes a Bennett? —lo reta, James aprieta su mandíbula y sus puños.

—¡Dinos papá! qué es lo que tanto escondes —estamos tratando que él nos lo diga y no recurrir a las amenazas.

—Por favor Sr. Quinn si nos dice podemos ayudar, hablaré con mi padre y... —mi padre interrumpe a Marc apuntándolo con el dedo, como siempre lo hace cuando está enojado.

—¡Tu cállate, tú mismo padre dice que eres un idiota y con esto me demuestras que sí! como eres tan estúpido de seguir las ideas a una niña ¿Cómo te envolvió, a que fueron a la ciudad? —cuestiona, Marc aprieta mi mano el también pierde la paciencia como yo, decide respirar profundo.

—James, por favor deje de ofender a Giselle, ella no me envolvió ni nada, esto fue un trato ninguno de los dos quiere casarse, por favor díganos que es lo que esta tan mal —insiste.

—¿Tu padre ya sabe? —pregunta, la realidad es que Marc le comentó que sabía lo del trato, pero no habló de romper nuestro compromiso, su padre no dudo en decir que en caso de que no nos casemos el dejará en la calle a mi padre, queremos darle la oportunidad de que nos diga de boca de él para poder ayudarlo y decirle que podemos denunciarlo y con su testimonio el no saldrá afectado.

AMALTEA - Eddie Munson |  [1ra 𝑬𝒅𝒊𝒄𝒊ó𝒏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora