3- Cuenta Regresiva

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El cuerpo musculoso de Guilio se precipitó hacia Kristal, la cual se había quedado en shock ante los disparos tomándola de su brazo para que corriera atrás de él hacía la salida trasera.

___ ¿Y Sebastián?___ la muchacha susurro deteniéndose haciendo que ambos chocarán. Pero su pregunta no necesito ser respondida ya que pudo divisar la cara desfigurada del muchacho que la miraba con odio mientras empujaba a su amiga Rowina.

Los cuatro corrieron hacia el sótano buscando la salida que solo conocían los Bianchi. Kristal sentía su corazón palpitar a toda velocidad al compás de sus nervios. Hace diez años aproximadamente no sucedía esto y cuando aquello era solo una niña, la mansión siempre había sido el lugar más seguro de los Bianchi. El sonido de los gritos en italiano eran espantosos mezclados con la pólvora. La muchacha no se sentía preparada para morir y menos cuando ahora es que estaba empezando a vivir y planeaba graduarse y salir de esta vida. Llegaron a la puerta de hierro que tenía el cartel grabado en sangre vivo una sola palabra. Aquel lugar era la zona prohibida para los empleados de la casa. El lugar donde torturaban a los traidores y la muerte era el mejor regalo que te podían dar.
Kristal siempre había tenido pesadillas con esa puerta. Tanto así que temblaba por dentro por lo que pudiera haber dentro. Guilio lo noto en la forma que la muchacha se tenso y solo pudo detenerla y tomar sus mejillas con ambas manos para tranquilizarla.

____Todo está bien, estoy aquí contigo. ¿Confías en mí?___ los ojos azules más bonitos que había visto en la vida se centraban en ella transmitiendole tanto que solo pudo suspirar asintiendo. No sabía si confiaba en Guilio pero igual en esas circunstancias no tenía de otra. Así que solo asintió y vio como Sebastián gruñía y pasaba empujando a Guilio contra ella.
Antes él había sido su soporte y Guilio la frialdad en persona. Es como si hubieran cambiado de papeles con el tiempo.

___ Dejen el romance para otro momento, no tenemos tiempo...

Las palabras de Sebastián fueron opacadas por unos disparos demasiado cerca.

___¡Joder!___ Guillo la empujó mientras Sebastián disparaba al hombre que casi los acorrala el cual cayó muerto pero igual eso no impidió que una bala impactará el costado del oji azul quien soltaba maldiciones. Las manos de Kristal estaban llenas de sangre, no sabía que hacer en esos momentos. Rowina por otra parte no mostraba emoción alguna.

____No tardarán en llegar más, debemos salir de aquí. Esto es como una ratonera____ la frustración y el enojo en Sebastián era visible mientras apretaba los puños como si quisiera romper algo. En eso sonó su móvil él cuál contesto al momento.

____"Estamos aquí, a mi hermano lo hirieron" ,

Hubo un silencio y después volvió a responder.

____Cruzaremos no importa cómo estamos en código rojo___ miro a Guilio quien asintió.

La peli negra no sabía a que se referían pero su estado de nervios empeoró al recordar a su madre..

___¡Mamá! ___ gritó e intento correr pero las manos fuertes de Sebastián la atraparon.

____¡Estás loca!. Lo único que te falta gritar es estoy aquí matenme___ bramó furioso.

____Sueltala___ la voz de Guilio sonaba cansada estaba perdiendo mucha sangre.

_____¡Chicos necesitamos salir de aquí!__ interrumpió la rubia___No quiero terminar como un coladero.

Ambos hermanos libraron una guerra silenciosa de miradas que se dicen todo hasta que Sebastián soltó a Kristal dejándole un visible moretón en su brazo derecho y lágrimas en los ojos.

____Tu madre seguro fue evacuada con los empleados de la casa___ Guilio intento darle esperanza, aunque él sabía que probablemente estaba muerta.

____¡Bianchi! tienes cinco minutos para derribar esta puerta o los volamos junto a toda la casa____ Se escuchó una voz furiosa del otro lado con un tono burlesco.

_____Vas a tener que mandarnos al infierno al que pertenecemos___ grito Sebastián con voz neutral mientras abría una puerta del piso señalando unas escaleras que daban a un túnel____Los Bianchi nunca nos rendimos.

"Vallan bajando yo seguiré hablando distrayendolos"__ susurro.

Todos asintieron y fueron ingresando lo más silencio que podían . Kristal ayudaba a Guilio quien a penas tenía una mano para apoyarse ya que la otra presionaba la herida. Rowina fue la primera en pisar el túnel y coger unas linternas que habían en la esquina.

____Es hora de correr, no paren hasta que vean la luz, ahí estará papá con camionetas y refuerzos.

Ambas chicas asintieron. Y los tres comenzaron a correr sin parar. Rowina era la que más rápido hiba, se encontraba liderando el camino. Kristal apoyaba a Guilio a su costado mientras ambos corrían. Y al fondo se veía la luz, una salida una esperanza. Estaban cada vez más cerca, como un reloj en cuenta regresiva hasta que todo simplemente hizo booom, como un sonido espantoso, la tierra a sus pies tembló el polvo los cubrió completamente y a penas se veía nada.

La criada del mafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora