Capítulo 44~Fase 2, día 2

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El primer día central del celo de JeongIn había sido mortal para Hwang

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El primer día central del celo de JeongIn había sido mortal para Hwang. ¿Así de insaciable era él en su propio celo? Probablemente, incluso lo sería más si tuviera a su Omega disponible para él.

Había perdido la cuenta de los orgasmos y veces que había anudado en su interior a la quinta vez que lo habían hecho esa mañana en la cama. Porque sí, el primer día fue solo en la cama una y otra vez sin descanso prácticamente. Sin embargo el segundo había comenzado cuando el Omega lo había abordado a traición en la ducha. La ducha, la alfombra, la pared, de pie, el suelo del pasillo cuando el peliblanco se había lanzado a sus brazos y lo había derrumbado comenzando a manosearlo.

Amaba a su bebé atrevido y caprichoso en celo.

A la hora de la comida habían bajado a la cocina, con JeongIn a cuestas en su espalda porque le dolía el "traserito" por su culpa, o al menos eso decía el Omega. Fue un momento crudo, tras darle de comer como el bebé que era, y mal había acostumbrado los tres días anteriores, en la boca porciones pequeñas una tras otra con soniditos de "aaahh" o de simulaciones de avión, al tener que darle la pastilla que SeungMin había dejado en su puerta esa mañana. La pastilla que evitaría que quedará embarazado a tan temprana edad.

El peliblanco en primer lugar se había resistido enfadado, negando y hasta pegándole porque "¡Quieres matar a nuestro cachorro y no me amas!". Hwang le había convencido de lo contrario tratando de apelar a la poca racionalidad dentro del Omega de ojos azules que había comenzado a llorar y cerraba su boca con fuerza cuanto más el pelinegro le acercaba la pastilla.

"Quiero primero disfrutar de mi bebé, los dos juntos tener citas, y después que formemos nuestra manada"

JeongIn aceptó a regañadientes, mostrando una sonrisa traviesa mientras sacaba su lengua de manera lasciva y lamía los dedos del Alfa que sujetaban la pastilla.

"La tomaré si Alfa me folla duro y rudo como me gusta en esta mesa."

Y así fue, se tomó la pastilla y fue follado "cruelmente" y sin piedad sobre la mesa de la cocina donde los platos y vasos sobre ella terminaron estrellándose y rompiéndose en el suelo por el fuerte movimiento de sus cuerpos calientes.

Entonces JeongIn había quedado de nuevo dormido rendido tras la magnitud del orgasmo de ambos. Así que mientras el nudo se deshacía, con cuidado de no hacer un movimiento bruto que los hiriera, llevó el cuerpo de su bebé entre sus brazos hacia el nido que había hecho hace dos días en el salón y los acostó a ambos para descansar también. Él no pretendía dormirse, pero estaba agotado también, así que cayó inconsciente por los tiernos suspiros y ronroneos de su Omega.

Al cabo de un par de horas un sofoco de calor intenso recorrió su cuerpo como una ola la costa un día de tormenta marítima. Se removió incómodo por la sensación extraña que aún no identificaba. Unas cosquillas suaves rozaban su nariz y lo hacían querer estornudar, agudizó poco a poco su cuerpo y sentidos. Algo cálido y húmedo aprisionaba su pene que estaba semi empinado.

Abrió sus ojos de golpe viendo tan solo un cabello blanco rozar su nariz y labios, JeongIn restregaba su mejilla contra la suya y daba besos a su cuello con posesión de tal modo que dejarían marcas que él sabía luciría bien orgulloso. Aquello que aprisionaba su pene se movió, hacia delante y hacia atrás sacando una porción de su erección. JeongIn lo estaba montando dando giros con su cadera. Aquel rebelde Omega se había empalado a él mismo o tal vez simplemente no se habían separado cuando cayeron dormidos todavía con el nudo inflamado y el Omega había aprobechado eso al despertar caliente y excitado.

-Bebé. -Gimió llamando la atención de su Omega y haciéndole saber que ya estaba despierto. JeongIn salió de su escondite y lo miró con una sonrisa única, luciendo tan bonito y etéreo.

-Pensaba que no te ibas a despertar y me tocaría jugar solo. -Hizo un puchero, pero siguió moviéndose. Hwang se inclinó un poco jadeando por la sensación del movimiento sobre su miembro para atrapar entre sus dientes el jugoso labio inferior sobresaliente de su pequeño y tirar de él sacándole un gemido agudo. -Me gusta jugar con Oppa, pero me gusta más cuando Alfa se vuelve loco con mi cuerpo y me lleva a tocar el cielo.

-Eso puedo hacerlo, con todo el gusto del mundo. -Susurró antes de dar un fuerte empuje con sus caderas hacia arriba a la vez que JeongIn bajaba por su falo. El peliblanco gimió alto con un grito que le quitó la respiración unos segundos, se había corrido por el fuerte golpe a su próstata. -Oh no, ahora te voy a devorar como el lobo malo que dices que soy.

-Alfa. -Jadeó ligeramente asustado, más bien sorprendido, cuando giró ambos cuerpos sin salir de él y arremetió rápido y profundo un par de veces en su sobre estimulada entrada. Rápido el pene de JeongIn vuelvió a plantarse deseando más. -¿Ves? Mi bebé no se sacia rápido.

-No puedo... -Atinó a decir cuando el pelinegro comenzó de nuevo a moverse con lentas y tortuosas estocadas.

-¿Qué no puedes? -Cuestiona con una sonrisa socarrona bajando a besar, morder y lamer sus ambos pezones. Realmente estaba en el nirvana ahora mismo.

-El nido, nuestro nido huele a nosotros. -HyunJin admiraba las facciones delicadas de su amor contraerse por el placer que solo él podía hacerle sentir. Su pene sufría por ir más rápido y descargarse, pero quería torturar un poco más a su bebé rebelde. -Huele a flores del campo como tú y a flores de ciudad como yo. Mi lugar favorito es aquí contigo, eres tú.

Las estocadas se detuvieron porque el corazón de HyunJin se había agitado tremendamente conmovido. Miró como JeongIn se derritió y fundió en su mirada regalándole su corazón, alma, su lobo y su espíritu esternamente. La marca temporal era eso, una unión que desaparecería, pero de forma única y espiritual habían creado un lazo de unión que él correspondía con la misma intensidad.

-Prometo protegerte, amarte y hacerte feliz todos los días de mi vida y mis siguientes vidas. -Las lágrimas resbalaban del Omega que comenzaba a recuperar su sentido humano. -En mi próxima existencia te esperaré y buscaré igual que he hecho en esta Yang JeongIn.

-Yo también. Te amo Hwang HyunJin.

Un beso fogoso dio inicio sellando la promesa más pura y especial que un lobo podía hacer. Unos destinados se habían encontrado, se amaban y estaban juntos. Las embestidas se volvieron salvajes intercaladas entre profundas y lentas, llevándolos a ambos al límite del placer.

Para el momento en que las paredes de JeongIn se cernieron sobre el pene inflamado de HyunJin ambos se corrieron volviendo a crear el nudo que el Omega succionaba con ansiedad. El Alfa se inclinó y alargó su felicidad y éxtasis marcando el cuello de su pequeño bebé en el mismo lugar donde descansaba su anterior marca. Dejando claro para todos, en especial para ellos, que se pertenecían para siempre y que sus aromas se mezclaran, sus mentes se unieran y sus corazones latieran al mismo ritmo a partir de ese momento.

Un enlace creado, un amor puro y profundo entre un pequeño Omega dulce y caprichoso y un gran Alfa rudo, serio y obstinado.

Un enlace creado, un amor puro y profundo entre un pequeño Omega dulce y caprichoso y un gran Alfa rudo, serio y obstinado

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Flower Baby ⁓ HyunIn ⁓ Hwang HyunJin y Yang JeongInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora