Los licántropos están entre nosotros. Seres con apariencia humana, pero la fuerza de grandes lobos en sus almas. Pocas manadas han resistido el paso de los siglos, menos aún siguen en contacto con la naturaleza.
Hwang HyunJin es el segundo al mando...
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Era una nueva mañana, no había prisa para ninguno de los dos en volver al mundo real fuera de su cabaña, pero los días de celo de JeongIn habían terminado y ambos debían volver a sus respectivas responsabilidades en la manada del bosque. El lazo que habían creado a través de la marca era tan potente y grueso que los llevaba a sentirse seguros, cálidos y confiados en las buenas nuevas que estaban por venir para ambos como pareja.
Así mismo salieron al mundo exterior, sujetos de la mano entrelazando sus dedos y en un silencio cómodo para caminar hacia la casa principal, donde se celebraban las reuniones y reunía el consejo. YeonJun y SeokJin fueron los primeros en aparecer, girando desde una de las salas rápido al recibidor cuando pudieron oler en el ambiente el fuerte aroma a anís mezclado con el frescor de unas rosas.
-¡Al fin! -Gritó YeonJun corriendo hacia su amigo, arropándolo entre sus brazos y alejándolo así de su hermano que se contuvo de gruñir posesivo por tal acto. -Tenemos que ir a ver a JiMin. Está desesperado por saber de ti. -Alega zarandeando el pequeño cuerpo que ríe ligero devolviéndole el abrazo. -Bueno, ambos lo estábamos. -Se rectifica. -Pero JiMin necesita nuestra ayuda.
JeongIn forzó el abrazo a romperse y miró, entre preocupado y confuso, a su amigo que le regaló una de sus radiantes sonrisas para tranquilizarlo. SeokJin se acerca y despeina en una caricia el cabello blanco de su protegido.
-Hyung. -Se queja el Omega antes de abrazar a su protector que sonríe complacido. Al separarse baja el cuello de la camiseta de JeongIn y puede ver clara la marca perfecta, rosada, reciente y fija en la piel de este, en su glándula de aroma. Las mejillas del más pequeño rápido se tiñen de un furioso rojo.
-¡Oh, joder! -Grita exaltado YeonJun antes de lanzarse a golpear a su hermano con un puñetazo en el brazo. -¡¿Qué le has hecho a mi Inie?!
-Es mi Inie. -Le corrige, con la voz profunda, el mayor de los Hwang tratando de marcar territorio por culpa de su instinto primitivo de Alfa. YeonJun ríe a carcajadas tomando la pequeña mano de su amigo.
-Tranquilo, Hyung. -Sonríe. -Vamos Inie, Hyung tiene que ponerse al día en el trabajo y nosotros tenemos una visita que hacer.
Sin darle tiempo a quejarse o negarse es arrastrado hacia la salida de la casa, forcejea un poco hasta finalmente dejarse caer al suelo sentándose de golpe. YeonJun gira y lo mira aturdido, al fin suelta su mano y JeongIn sonríe tan infantil y feliz como siempre cuando consigue uno de sus caprichos. HyunJin ama ser uno de sus mayores caprichos. JeongIn se pone en pie y corre de nuevo hacia la casa, se para de puntillas frente a su Alfa y le da un corto beso en los labios que provoca una gran sonrisa en Hwang.
-Volveré pronto. Ten cuidado, Oppa. -Pide a modo de despedida recibiendo otro beso y un asentimiento de parte de su serio Alfa.
-Ten cuidado tú también, bebé. -Yang asiente y ahora, ya feliz y complacido, corre hacia su amigo adelantándolo y encaminándose a subir la colina hacia casa de Jimin con un juego de retos absurdos infantiles entre ambos. HyunJin y SeokJin observan como esos lobos aún son unos cachorros en espíruto.
-HyunJin. -Lo llama TaeHyung saliendo de la sala de juntas, dentro puede verse a NamJoon y BangChan sentados en sus respectivos lugares. -Hay trabajo que hacer, será mejor que entres y te pongas al día. -Hwang asiente a su mejor amigo y golpea su espalda con cariño, Kim sonríe a medias sintiendo la intranquilidad en su lobo.
Cuando el líder entra a la sala lo hace solo, sus amigos lo saludan con sonrisas cálidas pero fingidas que inquietan su instinto protector sin motivo aparente. O al menos así era hasta que NamJoon se incorpora en su silla y lo encara con sus gestos fáciles neutros y voz seria.
-Llevamos varios días encontrando aromas y huellas de otros lobos en nuestra frontera. ¿Repudiados, nómadas? No lo tenemos muy claro, pero su agria esencia nos da la sensación de que no son amigos.
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