Los licántropos están entre nosotros. Seres con apariencia humana, pero la fuerza de grandes lobos en sus almas. Pocas manadas han resistido el paso de los siglos, menos aún siguen en contacto con la naturaleza.
Hwang HyunJin es el segundo al mando...
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Jugaban sentados en el nido que JeongIn había formado días atrás. Un nido que poco a poco dejaba de importar tanto tal vez por la desaparición escalada del celo. HyunJin tenía apoyada su espalda en los pies del pequeño sofá y JeongIn estaba a horcajadas sobre sus muslos. entre ellos sus manos hacían palmas, símbolos, chocaban y bailaban al ritmo de la infantil canción que el Omega cantaba.
¿Quién creería que el imponente Alfa líder de la manada del bosque, Hwang HyunJin, jugaría a "Chocolate" riendo a carcajadas y tirado en el suelo con solo unos bóxers y el cabello despeinado?
-¡Bien! -Gritó y aplaudió enérgico el Omega al haber terminado bien la canción. El pelinegro rio más fuerte en una carcajada contagiando a su pequeño. Sus risas se detuvieron cuando el semblante de JeongIn decayó de golpe en uno serio. -Quiero más chocolates.
HyunJin rio por sus nariz con una exhalación fuerte moviendo el flequillo de JeongIn en el proceso haciéndolo soltar una risita tierna. Se inclinó de lado para alcanzar la caja de bombones que había tenido que suplicar a BangChan que fuera a comprar el día anterior a la gasolinera más cercana, media hora en coche, para que su Omega caprichoso dejase de llorar. JeongIn en sus últimos días de celo solo quería comer dulce, chocolate, helado y ¡Oh! más dulce.
-Cierra los ojitos esos tan bonitos que tienes, bebé. -JeongIn obedeció al instante confiado. Al igual que su Alfa, solo portaba su ropa interior porque sentía tan necesario el rozar su piel con la caliente de su mayor. -Ahora abre la boquita tan rosita y deliciosa que tienes. -Sus mejillas adquirieron cierto rubor, pero de nuevo obedeció. Al instante sintió los dedos de su Alfa dejar algo dentro de su boca que comenzó a mover con su lengua para degustarlo. -Adivina el sabor, amor.
-Mmm. -Murmuró desgutándolo, sus ojitos se abrieron de golpe iluminados por reconocer el agradable gusto del relleno del bombón. -Tiene dentro una nube de azucar (malvavisco).
-Como tú, que eres una nubecita. -Otra risa tierna y un ligero golpe de puño cerrado en el pecho de Hwang que terminó en una aguda carcajada. JeongIn adoraba la risa jovial de su Alfa. -Es verdad. Tan dulce y pequeñito, con tu pelito de color blanco. -JeongIn miró sus manos nervioso y avergonzado. -Algún día descubriré donde escondes tu munición y suministros para el tinte de cabello, siempre lo llevas intacto. -Con una caricia delicada enterró sus largos dedos en el sedoso cabello acariciando el cuero cabelludo.
-Más. -Susurró bajito abriendo su boca y cerrando sus ojos a la espera. Tan sumiso y complaciente, tan delicado y expuesto en total confianza a él. HyunJin tiró ligeramente del cabello entre sus dedos sacando un gemido adolorido al Omega que rápido se convirtió en uno de gusto y placer cuando unió sus bocas abiertas degustando entre ambos un segundo bombón que se deshacía por el juego de sus lenguas.
-¿Qué era? -Preguntó al separarse. JeongIn abrió sus ojos confuso y desorientado por el arrebatador beso. Volvió a repasar su propia cavidad bucal para identificar claro el sabor, al descubrirlo e identificarlo sonrió amplio encogiendo sus hombros y achicando sus ojos.
-Licor de anís. -HyunJin mostró una gran sonrisa y volvió a besar a su pequeño acariciando su suave piel en las caderas.
-Cuando tenga la oportunidad le pediré a tu padre permiso para cortejarte. -Susurró todavía sobre los labios contrarios la decisión que había tomado la noche anterior.
-Pero... -Con un beso ligero lo interrumpió.
-Ya sé que eres mío y yo soy tuyo. -Aclaró. -Pero aunque todo se haya dado de este modo, del cual no me arrepiento, quiero hacer las cosas bien y ganarme la confianza de tus padres para que sepan que conmigo estarás bien. -Conmovido por sus palabras le devolvió le beso.
-Solo tienen que verme a tu lado para ver lo feliz que soy.
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