Los licántropos están entre nosotros. Seres con apariencia humana, pero la fuerza de grandes lobos en sus almas. Pocas manadas han resistido el paso de los siglos, menos aún siguen en contacto con la naturaleza.
Hwang HyunJin es el segundo al mando...
SeungMin retiraba las vendas y gasas que había cambiado hacía varios días en el hombro, brazo y pecho de SeokJin. El Omega castaño estaba sentado en la camilla mirando al peliblanco, que observaba a su vez ansioso, como se encontraría la herida de su Hyung.
-¡Bien! -Fue su grito alegre, incluso saltando y dando palmadas, al ver que carne rosa y la piel regenerada de la herida. -Hyung, está genial. -SeokJin le sonrió de lado alegre de ver a su protegido feliz por él.
-Sí, se podría decir que se ha curado del todo. Al menos la infección ha desaparecido. -Alegó SeungMin antes de añadir. -Deberías agradecerle a TaeHyung lo que hizo por ti. -SeokJin miró a otro lado arrugando sus labios. Si cerraba sus ojos aún podría sentir la áspera lengua del Alfa peligris recorrer sus heridas calmando su dolor.
-¡¿TaeHyung curó tus heridas?! -El grito agudo de JeongIn retumbó en el consultorio. -¡Eso significa que es tu Alfa, Hyung! -SeungMin miró con una sonrisa tierna al emocionado cachorro. SeokJin, por su lado, miró asombrado al pequeño.
-¿Cómo sabes que solo mi Alfa destinado podría curarme? -Cuestionó incierto.
-Los libros de la biblioteca de esta manada son muy interesantes. -Susurró mirando sus manos jugar entre ellas. SeungMin rio, SeokJin suspiró conociendo la curiosidad insaciable del cachorro. -¿Vas a decírselo, Hyung? Puede que él aún no se haya dado cuenta.
-No, In. Y como SeungMin hizo, tú también me vas a prometer no decir nada. -Los gestos alegres del pequeño se detuvieron para ver incrédulo a su protector.
-¿Por qué? El Alfa TaeHyung me parece buena persona. Además es guapo y no tiene prejuicios con los Omegas marcados, me contaste que él entendía que te hubieras enlazado... -La voz dulce, pero ruda, de su Hyung lo detuvo abrupto.
-Que lo comprenda no significa que lo quiera para él. -De repente solo se respiraba tensión en el ambiente. -Además, no estoy dispuesto a salir con un Alfa segundo al mando. Los centinelas del consejo de unamanada son los Alfas más complicados.
-¿Por qué...? -Titubeó, mas su Hyung no le dio la respuesta, sino el médico que también parecía muy convencido y experimentado en esas palabras.
-Los Alfas son dominantes, territoriales por naturaleza. Cuando encima desempeñan un papel importante en una manada suelen proyectar una imagen fría y distante con sus Omegas. -Inició. -Ningún Omega quiere ser solo alguien que camine al lado de un Alfa. Nadie quiere vivir a la sombra de un pueblo siendo este el elegido siempre sobre el Omega por esos Alfas. Ellos escogerían el bien del poblado antes que el propio y eso incluye a sus Omegas.
-Además, ya lo sabes, lamentablemente es vivir en un constante estado de alarma. -Habló SeokJin al fin. -No soportaría conocerlo, enamorarme como sé que pasará, tener cachorros y criarlos yo solo sin su padre. -Sus ojos color chocolate denotando su decisión y convicción. -Odiaría vivir en un constante terror por mis hijos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aquella noche, JeongIn, volvió a sentirse ansioso y dolido entre las sábanas y mantas de su cama. No solo era la pena de las declaraciones de ambos Omegas mayores a él, era también el malestar de que su Hyung favorito estuviera ignorando su felicidad junto a TaeHyung. ¿El Alfa sabría de ese enlace entre sus destinos?
A las doce de la noche, justo cuando se iniciaba un día nuevo y él le susurraba a la Madre Luna un poco de paz para poder descansar su mente de la imagen de un HyunJin duro y distante como lo había sido en su inicio, la puerta de su cuarto se abrió despacio y volvió a cerrarse. Al instante el aroma fuerte inundó la estancia haciéndolo suspirar con pena.
-Oppa. -Susurró en la noche sentándose en la cama para rápido sentir el gran cuerpo de HyunJin envolverle entre sus brazos y besar su cabello platinado.
-Vamos a dormir, bebé. -JeongIn asintió feliz. Que rápido y sencillo era hacer desaparecer la pena de su corazón cuando su Alfa lo abrazaba y daba cariños de ese modo.
-Oppa Kookie, te quiero. -Sus ojos entrecerrados miraron los faros oscuros del pelinegro, que le sonrió embelesado antes de responder.
-Yo también te quiero. -Como una caricia al terciopelo besó los labios del cachorro antes de tumbarlos a ambos en la cama que de nuevo compartirían.
