Los licántropos están entre nosotros. Seres con apariencia humana, pero la fuerza de grandes lobos en sus almas. Pocas manadas han resistido el paso de los siglos, menos aún siguen en contacto con la naturaleza.
Hwang HyunJin es el segundo al mando...
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HyunJin llegaba cansado, agotado, cabreado y con los músculos de sus piernas y brazos entumecidos. Las heridas que días atrás le había hecho el Alfa Yang, su ahora suegro, habían desaparecido. Más, desde ese día, no había descansado para nada. A la llegada del alba se reunía con su grupo de protección en el claro de la casa principal de la manada. Entonces TaeHyung, él y el resto de los protectores recibían el relevo de la búsqueda de, al menos, pistas de los invasores.
HunJin no quería ser paranoico, pero en el momento que le contó su temor a su mejor amigo, y este le dio parcialmente la razón, solo incrementó su ansiedad. Deseaba con todo su corazón, su alma, su amor, que aquellos lobos que estaban invadiendo intermitentemente su territorio no tuvieran nada que ver con la mafia que buscaba a JeongIn.
Cuando llegó al claro de su casa, su ánimo cambió tan drásticamente, y él sabía que solo su bebé podía ocasionarle aquello. En el porche de su casa estaban su hermano pequeño viendo con una sonrisa boda como JeongIn hacía carantoñas, ruiditos extraños y cosquillas a BeomGyu. El cual reía tanto hasta perder el equilibrio de su pequeño cuerpo tambaleándose.
Cuando llegó a las escaleras, el pequeño Omega BeomGyu, trastabilló dando dos pasos hacia atrás con unas fuertes carcajadas. HyunJin se inclinó y levantó al pequeño cuerpo sobre su cabeza asustándolo al inicio pero haciéndolo reír al final cuando lo reconoció y el Alfa comenzó a lanzarlo al aire para luego sostenerlo en alto varias veces.
-¡Yah, Hyung! -Grita YeonJun yendo para arrebatar al cachorro de sus brazos y cargarlo él. -Se puede marear. -Se queja, BeomGyu detiene su risa levemente abrumado por el cansancio del día vivido con sus Hyung's acomodándose entre los brazos de YeonJun y dejando reposar su cabeza en su hombro mientras restrega su nariz en la glándula de aroma del Alfa.
-YeonJun, llévalo a su casa. Hoy hemos jugado mucho y está muy cansado. -Propone JeongIn viendo los ojitos cerrados del cachorro.
-Lo llevaré y acostaré, pero esperaré a que lleguen sus padres antes de volver. -Declara antes de lanzarle una mirada pícara a su amigo, quien le saca la lengua cuando añade al final antes de marcharse. -Aprovechar el momento a solas.
JeongIn miraba a su pequeño Dongsaeng favorito en los brazos de su mejor amigo hasta que estaban lejos en la oscura noche, entonces posó sus ojos almendrados en HyunJin quien en todo momento había estado observándolo a él.
-Serás un gran papi. -Las mejillas de JeongIn se adornaron de rosa, un rosa tan pastel como sus labios. HyunJin sonrió.
-Y tú un gran papá. -Se acercó a su Alfa, rodeando su cuello con sus brazos delgados y poniendose de puntillas para darle un ligero beso en los labios.
-Primero debemos disfrutar el uno del otro, ¿no crees? -HyunJin lo susurró sobre su oreja, dejando al final una lamida en el lóbulo de esta y bajando a besar su cuello blanquecino y esa maravillosa marca de sus colmillos.
Hwang tenía una facilidad innata para provocar a JeongIn, conseguir que se derritiera en sus brazos y su cuerpo comenzando a soltar feromonas sexuales. Cuando el pelinegro subió, besando su cuello y barbilla, a sus labios JeongIn tuvo que detenerlo.
-Oppa. -HyunJin murmuró sobre sus labios lamiéndolos y dispuesto a clavar sus dientes en el inferior. JeongIn lo esquivó llevando su cabeza cómicamente hacia atrás, el Alfa lo miró entre serio y con ganas de reír por su rostro. -Aún me duele el culito de ayer. -Y finalmente Hwang estalló en carcajadas, JeongIn sonrojado golpeó su pecho repetidas veces. -¡Deja de reírte de mí!
-¿Quién pedía más anoche? -Canturreó haciendo muecas de burla. El Omega le sacó la lengua, HyunJin la lamió. -Te amo, bebé. ¿Lo sabes?
