UNA MÁS

694 25 0
                                    

No hemos hablado nada sobre lo sucedido. Al día siguiente cuando me desperté el ya no estaba y al bajar a desayunar hizo como si nada hubiese pasado. Lo que me temía.

O se ha arrepentido, o soy una de las muchas que ha usado como si fuese un pañuelo.

Es un puto niñato, no tiene ni media neurona y yo me he dejado llevar como si fuese igual de boba que el.

Hoy ya nos íbamos para Barcelona asique después de desayunar cogimos nuestras cosas y nos dirigimos al aeropuerto.

- Hola Veguita- dice una vocecita detrás de mi.

Se perfectamente quien es, nadie mas me llama asi.

- Hola Pedrito.

- ¿Me puedo sentar?

- Claro.

- ¿Qué paso ayer?

- De que

- Oh dios vega como odio que hagas eso

- ¿El que?

- Eso, saber por que te pregunto y hacerte la tonta.

- Si, es que últimamente todos me ven cara de boba- digo girando la cara-. Pero nada, que iba a pasar. En la fiesta me lo pase de locos, ¿tu?

- ¿En la fiesta y en la post-fiesta no?

- ¿Por qué lo dices?

- Porque yo marche antes y de camino a la habitación parecía que en la tuya había fiesta.

- Ahh si, es que me traje a un chico que conocí ayer en la fiesta.

- ¿Un chico?-pregunto extrañado.

- Si, estuvo bien.

- Y ese chico no se llamara pablo ¿no?- me quede quieta, sin saber que hacer o decir, se que no es tonto, pero pensé que estaba sonando convencible.

- Pues la verdad que no lo se, fui directa al lio.

- Oh vega por dios. Gavi no ha dormido en la habitación y le he oído llegar pronto.

- ¿Y? igual el también se divirtió, dicen que es muy dado a eso.

- Y, que cuando pase por tu habitación te oí gritar su nombre- dijo haciendo que me pusiese roja en un instante.

- ¿Ya paro no?- dije abatida. Sabia que no iba a poder mentirle mas.

- ¿De mentirme? Si. Y ahora, por favor, detalles- dijo sonriendo

- Llevamos un tiempo con un tira y afloja que sabíamos que en algún momento nos explotaría en la cara. Y ayer la cuerda acabo por romperse. Nos fuimos al hotel y bueno, acabamos en la cama

- Ostia ostia, que fuerte vega

- Pedri, no te hagas el sorprendido- digo riéndome-. Se que te lo habrá contado todo cuando llego a la habitación.

- Pero sabes que me gusta tener dos puntos de vista- dice riéndose-. ¿Y ahora que te pasa?

- ¿Qué que me pasa? Se ha ido esta mañana sin despedirse y ahora me ignora, he sido como las que usa cuando quiere desfogar. Me da rabia porque me considero mucho mas lista que el, pero bueno, a nadie le viene mal una noche de fiesta. Y el chaval sabe moverse.

- Vega por dios, no me cuentes como folla mi amigo- dice poniendo cara de asco

- Tu has preguntado listo- digo levantando los brazos.

- Igual solo necesita despejarse un poco.

- Me da igual Pedri, de verdad, que me da igual.

- No te da igual Vega, a la vista esta.

- Es un capullo Pedri, es el típico que te usa para una noche y si te he visto no me acuerdo.

- Vega yo creo que debe...

- No Pedri, no quiero saber nada de el.

Se callo y no dijo mas, se puso recto, se coloco los cascos y cerro los ojos para poder descansar. Yo en cambio aunque dijese que me daba igual, no entendía que había pasado de un día para otro.

Llegamos a Barcelona y al bajar del avión cada uno se fue por su lado. Cuando llegamos a casa dejamos las maletas en el salón, ni las deshicimos. Teníamos mucho hambre asique  mi padre pidió sushi y cenamos tranquilamente mientras veíamos el partido repetido. 

A la mañana siguiente quede con Lola para contarle todo, porque desde que hable con ella la ultima vez hasta ahora habían pasado demasiadas cosas para el poco tiempo que había transcurrido.

Quedamos en una cafetería al lado del campo donde entrenan los chicos para poder ir directa al entrenamiento.

- Hola guapísima-me dice Lola abrazándome-. ¿Qué tal por Sevilla?

- Ufff mucho que contarte tia.

- Espero que bien ¿no? La ultima vez me dijiste que conseguiste dormir cuando gavi se quedo contigo.

- Si, y la noche del partido, después salimos de fiesta y...

- Ay dios, no

- Si, me lo he tirado- digo viendo como Lola se llevaba las manos a la boca-. Y lo peor de todo es que al día siguiente hizo como que no paso nada y me ignoro completamente. Todo esto después de dormir conmigo, abrazados, es un mierdas tia.

- ¿Qué ha hecho que? Yo le mato, es que es idiota. Puto chulo.

- Tranquila tia, estoy bien, me da exactamente igual.

Seguí hablando con ella poniéndonos al día de todo lo que no nos habíamos contando en este tiempo.

Se me hizo tarde asiqué me despedí de Lola y emprendí camino hacia el estadio. Al llegar estaban todos ahí en el vestuario cambiándose y preparándose para entrenar. Yo entre en la sala de fisios, me cambie y al salir me puse en la camilla que aun estaba vacía.

Le oí entrar, oí como hablaba con mi padre y supe que era quien se iba a sentar conmigo. Pero yo también me se la de ignorar.

Cogí dos toallas y la crema de calor y me senté en la camilla. Empecé a darle el masaje en la pierna aun queriendo evitar todo tipo de contacto con el, pero era mi trabajo, y no iba a dejar que encima también interfiriera ahí. Estaba notando como cada vez que mis manos subían de su rodilla se tensaba, pero en ningún momento dijo nada.

Estaba a punto de acabar cuando me agarro la mano provocando que no pudiese levantarme.

- ¿Podemos hablar?- me dijo mirándome a los ojos.

- No- dije seca y borde soltándome de su agarre.

Y asi era, no tenia nada que decirle. Quería olvidarme de todo lo que había pasado en Sevilla. Y que me dejase en paz.

ENTRE LOS PIES Y LAS MANOS; pablo gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora