Sienna, nuestra historia.

19

Capítulo 19- Si te vas...

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¡AGUANTA!

Milán- Cris. Cris...-sujetó a su hermana.

Sienna- ¡Martín!-sollozó- ¡MARTÍN!

Milán- Cris, por favor.

Los atracadores llegaron con un argentino desangrado en aquella camilla de madera.

Tokio- Hay que reanimarlo.

Sienna- ¡Martín!

Gritos llenos de pena y pánico por la escena que estaba frente a sus ojos, mientras seguía sujetada por su hermano.

Milán- Cris, por favor..

No le preocupaba el forcejeo que su hermana llevaba a cabo para soltarse, sino el estado de la castaña.

Estaba al borde del colapso, llena de lágrimas, con un ataque de ansiedad que le ganaba cada vez más.

Temía que se desmayara ahí mismo, y razón no le faltaba.

Nairobi- Venga, venga, venga.

La joven no podía ver que hacía cada miembro de la banda, simplemente observaba aquellas botas donde unos pies inertes se encontraban.

Sienna- ¡Por favor Martín!

No esperó más, soltándose del agarre de su hermano para ir hacia aquel cuerpo.

Nairobi- Ey..

Sienna- Martín, Martín por favor no me hagas esto.., no me hagas esto hijo de puta, no...

Todos se estremecieron al escuchar aquella voz rota, entre tantas lágrimas, de la castaña.

Sienna- No puedes dejarme sola ahora, ahora que sé que me quieres no, por favor.

En ese momento se escucharon unos pitidos, haciendo que ella levantara la cabeza.

Tokio- Estabilizado.

- Ya estoy aquí. Perdonen la tardanza. Andaba preparándome.-dijo la doctora.

Esta se fijó en la joven, que estaba llorando a más no poder al lado de aquel herido.

Debía ser su familiar...-pensó ella.

Nada más cerca de la realidad.

Porque pese a no compartir su sangre, la chica era lo más cercano a un familiar que el argentino había tenido desde hace mucho, y sin contar a Andrés de Fonollosa.

- ¿Situación?

Tokio- Disparo en el estómago, ha perdido mucha sangre. Acabamos de reanimarlo.

- Necesitaremos hacerle una transfusión.

Nada más oír eso, la joven se incorporó, alejándose del latino, para ponerse una vía así misma a la vez que se sentaba en una camilla contigua a la de su amado.

Nairobi- Oye, oye oye.-intentó frenarla.

- Sienna ni se te ocurra.

- ¿Qué haces?

Sienna- Usted opere-habló rota- yo me encargo de darle toda la sangre que necesite.

Milán- Cris no..

Sienna- Soy la única de la banda que tiene su mismo grupo sanguíneo, y no voy a meter a rehenes en esto. Punto y final.-sentenció antes de tumbarse en su camilla.

Nadie más dijo nada.

La cirujana comenzó a intervenir al latino, quien estaba sumamente pálido.

Ella nunca le había visto así, desmayado, con el estómago abierto.