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Capítulo 17- Andrés de Fonollosa.

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Flashback: Seis años antes.

Los adolescentes aparecían entre aquellas montañas, con un único destino fijo:

El monasterio que se encontraba en lo alto.

El taxi les había dejado cerca de este, pero, por privacidad hacia el escondite de su tío, decidieron no llegar hasta arriba mediante vehículo.

- Venga Cris, vamos.

Sienna- No puedo más, Sergio.

Milán- Ven anda.

La cogió por la espalda, cargando con el poco peso que la joven tenía.

Tan sólo cinco minutos después estaban frente a aquella reja.

Milán- A ver, espera. Voy a abrirla.

Con tan sólo una horquilla de su hermana pudo abrir aquel cerrojo.

Entraron, encontrándose de frente con un jardín verde, lleno de flores.

Sienna- Son preciosas...-dijo tocándolas.

Milán- Sí...-vio a unos monjes- Perdona, ¿Andrés de Fonollosa?

El monje le señaló la otra parte del monasterio, más allá del jardín, por lo que se dirigieron hasta allí.

Se miraron antes de que le mayor tocara aquella puerta de piedra.

Varios minutos después, ésta se abrió, dejando ver a un hombre alto.

Milán- ¿Andrés de Fonollosa?

- Pasen.-mirando a la joven.

Hicieron caso, adentrándose hasta estar en el centro del pasillo.

Sienna- Hola..

- Hola linda. ¿Qué hacen acá?

Milán- Te estábamos buscando.

- ¿A mí?

Milán- Sí.

La joven le abrazó, sorprendiendo así a ambos hombres.

Uno porque no la conocía de nada, y otro porque su hermana era demasiado impulsiva.

- Martín, ¿ya han llegado?

Los dos más jóvenes se quedaron mirando al recién aparecido.

Martín- ¿Son estos?

- Sí.-se acercó hasta ellos- Soy Andrés.

Sienna- Ah, ¿tú eres Andrés?-preguntó avergonzada mientras su hermano se reía.

Berlín- Sí.

Milán- Que gilipollas eres...-volvió a reír.

Sienna- Lo siento..-le dijo al argentino, quien se rió.

Palermo- No pasa nada. Todo el mundo puede confundirse.-le sonrió.

Berlín- Martín...

Palermo- Os dejo solos. Prepararé todo.

Berlín- Gracias. Seguidme.-los llevó hasta el final de ese pasillo.

Ambos se quedaron mirando las obras de artes, velas y papeles se alojaban por todos lados.

¿Cómo podían vivir entre tanta mierda?

Milán- Somos...

Berlín- Sergio y Cristina. Lo sé. Os estaba esperando.

Sienna, nuestra historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora