Sienna, nuestra historia.

15

Capítulo 15- Él siempre lo supo.

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La castaña se encontraba sentada en aquel frío suelo del baño.

Trataba de aclarar sus pensamientos, fijando su mirada en cualquier punto de aquella habitación.

Martín estaba enamorado de ella...

No lo había confirmado..

No lo había negado..

Nairobi- ¿Se puede?-dijo desde la puerta.

Su hija asintió, por lo que ella se sentó a su lado, acompañada de su hijo mayor.

Ambos la observaron.

Su mirada marrón se hallaba perdida en los azulejos del suelo, y por su mente pasaban miles de pensamientos por minuto.

Nairobi- No hagas eso.

Sienna- ¿El qué?

Nairobi- Comerte la cabeza.

Sienna- No lo estoy haciendo.

Nairobi- Cris.., que te parí hace 22 años. Y vale que los últimos seis años no pude estar físicamente, pero te conozco mejor de lo que te conoces a tí misma.

Ella se quedó en silencio.

Pero no fue hasta que la siguiente lágrima cayó por su mejilla, que su madre no volvió a hablar.

Nairobi- ¿Quieres hablar del tema?

Sienna- No quiero darle más protagonismo del que se merece.

Nairobi- No te entiendo Cris...

Sienna- ¿Qué?

Milán- Llevas seis años, desde que fuimos con el tío a Florencia, esperando a que Palermo te mirase, que te quisiera, soñando que te daba un beso. Te enamoraste de él con 16 años, le sigues queriendo, y ahora que sabes que es correspondido, que él mismo lo ha confirmado con su silencio, dices que no quieres darle protagonismo.

Nairobi- Cariño.., Palermo lleva siendo el protagonista de tu vida desde hace mucho.

Sienna- Tuve depresión, un trastorno aún sin definir, por su culpa. Porque él me utilizó..

Milán- Todos utilizamos a alguien en algún momento de nuestra vida.

Sienna- ¿Por qué dices eso?

Milán- Nada.

Nairobi- Uy, ¿qué te ha pasado a ti que nosotras no sepamos?

Milán- Nada.

Nairobi- Sergio.

Milán- Llevo dos meses follándome a Tokio.

Nairobi, Sienna- ¿¡Cómo!?

Milán- El caso.., bueno ya da igual.

Sienna- Te has encoñado.

Milán- Eso ya da igual. Río entrará en horas, días como mucho.

Nairobi- ¿Hablo con ella?

Milán- No, no, no. No hace falta.

La sala volvió a llenarse de un silencio profundo.

Silencio, que fue interrumpido por la castaña, quien seguía dándole vueltas en su cabeza.

Sienna- ¿Sabéis? Tenéis razón. Quiero..no. Necesito hablar de él.

Milán- Te escuchamos.

Sienna- Llevo toda mi vida esperando a que él viniera y me lo dijera. En meses de relación, nunca me dijo que me quería, y quizás por eso me creí más las palabras de.., del tío Andrés.