Capítulo 28– Arturo.
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Sienna- ¿Qué cojones estáis haciendo?-preguntó acercándose hasta dónde todo ocurría.
Bogotá- ¡Por llamar a Palermo tuerto maricón!-le pegó- ¡y sudaca!-otro golpe acabó en la cara del escolta.
Lisboa- ¿Qué hostias hacéis?
Palermo- ¡Dejálos!
Tokio- Estamos fuera intentando un milagro y vosotros montáis una pelea.
Bogotá- Y esta.., por Nairobi.
Sienna- ¡Bogotá!
Bogotá- Mató a Nairobi.-dijo roto.
Sienna- Mi madre no querría esto.
Bogotá- La mató...
Sienna- Necesito que no lo mates..
Bogotá- La mató..
Sienna- Necesito matarlo yo Bogotá...
Todos quedaron en shock al escuchar esa confesión de la joven.
O mejor dicho, la seguridad con la que lo había dicho.
Sienna- No será hoy.., pero lo mataré, al igual que hizo con mi madre.
Se preguntaba el motivo de que las lágrimas de la castaña no salieran de sus ojos.
Pero la verdad es que ya no había más lágrimas por salir.
Era cómo si se hubieran agotado, y su cuerpo fuera incapaz de producir más.
Gandía- Sienna.., ¿lo viste?-imitó un disparo en la cabeza.
Sienna- Me cago en tu puta estampa. ¡Hijo de puta!-comenzó a pegarle.
Palermo- ¡Se acabó el recreo!
Sienna- ¡HIJO DE PUTA! ¡VOY A MATARTE! ¡TE LO JURO CABRÓN!
Sintió como la alzaban en el aire, viendo a Bogotá tratando de que no hiriera más al escolta.
Gandía- Me ha tumbado ella, Sandokan. ¡Tú no! ¡Tú no!
Arturo- ¡Al suelo terroristas!
Miles de ráfagas inundaron la sala, haciendo que todos los atracadores se agacharan, siendo heridos solo dos de ellos.
Palermo- ¿Estás bien?-preguntó agitado acercándose a ella.
Sienna- Ten cuidado, joder. Puede darte.
Palermo- Da igual. ¿Dónde te dio?
Sienna- En el brazo. Pero estoy bien.
Palermo- ¿Seguro?
Sienna- Sí. Solo me ha rozado.
Las ráfagas dejaron de resonar por toda la sala, haciendo que los atracadores se levantaran para comenzar a ir tras el rehén.
Palermo- Manila, Helsinki, los rehenes se escaparon. Hirieron a Denver, Sienna y varios de los suyos. ¡Van armados!
Manila- Recibido.
Palermo- Vamos..
La castaña cogió el primer M-16 que vio, que era del soldador, pero alguien le frenó poniendo una mano en su pecho.
Palermo- No, te quedás aquí.
Ambos miraron hacia la mano del argentino, que se posaba en el pecho izquierdo de la joven.

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Sienna, nuestra historia.
FanfictionTres años después de aquellos tragicos sucesos que sacudieron sju vida, Cristina Marquina se verá obligada a reencontrarse con la persona que más daño le hizo. Además, convivirá con él durante dos meses para llevar a acabo el sueño de la persona más...