Time Out ~Changlix~

Cap Special Reencuentro

Habían pasado 5 años.

5 años largos que podrían haber sido cortos si el estuviera a su lado. En estos años se intento buscar a si mismo.
A veces dicen que el tiempo lo soluciona todo y no tienen razón porque le seguía doliendo como si hubiera sido ayer.
Aquella escena siempre se le repetía, daba igual el momento o el lugar donde estuviera.
Siempre se teletransportaba en donde todo había sucedido.

"En el patio del instituto".

—Te quiero Lee Minho. Aquellas palabras le habían dolido, le habían jodidamente dolido.
Un dolor muy fuerte en el pecho, como si no se pudiera moverse, quedó petrificado y todo eso solo por aquellas palabras, entonces no sé podía imaginar lo que dolería todo lo demás.
Estaba vivo pero por qué se sentía como si no lo estuviera.
Cada día de su vida se sentía de la misma forma.
Si en ese momento el hubiera actuado diferente todo esto no existiría, este dolor no estaría en su pecho cada día.

—Yo también.—dijo mirándolo a los ojos fijamente.
El menor se quedó confuso, sus ojos brillaban tanto que se podían ver desde kilómetros.
—Han Jisung yo también te quiero, te quiero tanto que me está volviendo loco.
Los ojos de el menor empezaron a aguarse, una pequeña lágrima salía de ellos pero la comisura de sus labios se empezaba a levantar formando una sonrisa.
—¿Es también parte de tu plan? ¿Estoy soñando?.—Su voz temblaba.
—Nunca volvería a mentirte. Minho se acercó hacia Han y lo atrapó en un abrazo, un abrazo demasiado profundo donde sus brazos eran el lugar seguro de cada uno.
—Gracias por no abandonarme.—sollozo el menor en sus brazos. Minho aún lo apretaba contra el y no tenía pensado soltarlo, nunca.

Pero lo soltó, por qué aquello nunca había sucedido, Minho nunca se atrevió a decirle esas palabras.

Hoy era la reunión de antiguos alumnos del instituto, pero sabía que Han Jisung no iba a asistir, según lo que había oído de Changbin se había ido a trabajar por varios años a otro país.

Lee Minho tampoco quería ir pero sus amigos le habían obligado asistir, para ellos sería un gran recuentro para hablar de los días de instituto, además el era el famoso de aquellos días, pero ahora...
Ahora solo era Lee Minho. El que se encerraba todos los días en casa después de llegar de trabajar.
El que no solía hablar con nadie y solo salía un día de fiesta porque sus amigos lo obligaban aunque el los ignoraba.
No era el mismo, había cambiado.
Había perdido toda confianza en el mismo.

El chico de pelo marrón se quedó mirando la puerta del bar donde habían acordado quedar para la reunión.
Aún podía darse la vuelta y no era muy tarde pero por detrás alguien se acercó a él.
—¡Lee Minho!.—grito este. Y enseguida había reconocido la voz.
—¿Que haces molestando en la puerta? ¿No vas a entrar?.—dijo el pelinegro empujándolo hacia dentro.
—Changbin no creo que tenga que venir...—el otro lo interrumpió.
—Ahi están sentados.—dijo Changbin llevando a Minho hacia la mesa.
Este se sentó en medio por obligación del otro. Estaba enfadado por asistir a algo que no queria.
Empezaron a pedir cervezas mientras los demás llegaban poco a poco.
—¡Eh chicos! —grito Hwang Hyunjin desde la otra punta con una cerveza en la mano. Llego a la mesa, apoyo su cerveza y sonrió.
—¡Lee Minho no me lo creo, por fin te veo por aqui!.—exclamo este.
—¿Que hay de tu vida?.—pregunto el.
—Eso, eso, no sabemos nada de ti.—dijo otro amigo tomando sitio.
—Si, el único que sigue teniendo un poco de contacto contigo es Changbin, que nos ha estado contado poco de ti.
Minho hecho un mirada desafiante a Changbin.
—Estoy bien, últimamente estoy muy centrado en el trabajo y no tengo tiempo para nada más.
Era una mentira porque para el, el trabajo en el que solo se centraba tenía un nombre y era "Han Jisung". Sólo tenía tiempo para pensar en el.
—Imposible, ¿Donde esta el Lee Minho fiestero que conocemos? Venga deja de mentirnos.
—¿Cuantas novias has tenido hasta ahora?.—solto otro.
Claro, todos lo conocían como el famoso, popular y tambien mujeriego pero el había perdido todo eso.
—Ninguna.—comento el y todos los demás lo miraron prestándole atención, después de unos segundos empezaron a reírse.
—No nos mientas, no creo que hayas cambiado tanto en estos cinco años.—se seguían riendo.