꧁​ᥴꪖ​ρ 13 ꧂

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No fue difícil entender la amenaza implícita. Jungkook mataría a cualquier hombre que intentase tomar su lugar, y tal vez a Jimin también. Él tenía ese poder. Aún en ese momento, si quería matarlo, no había nada que pudiese hacer para impedirlo.

Aún así estaba lejos de sentirse aterrorizado, lo que sentía no era nada parecido al terror, era deseo, ese deseo incontenible; así es, porque nunca había deseado a otro hombre, a no ser su marido; nunca había sentido esto por nadie. Su deseo era tan grande que se sentía enternecido por dentro.

¿Qué tenía ese hombre que lo
afectaba tanto? ¿Sería la voz profunda, la fuerza física, o el misterio que lo rodeaba? ¿Las leyendas que recorrían el reino de norte a sur ? ¿O sus propias sombras lo que lo atraían tanto?

De repente el mundo pareció dejar de existir. Sólo quedaban él y Jungkook, juntos en medio de la total oscuridad. Excepto el calor del cuerpo masculino al lado suyo, ese cuerpo que llamaba a que lo protegieran y lo amaran, lleno de promesas, todo lo demás había perdido significado.

Los planes de anular el casamiento se disolvieron en el aire como polvo. Nada tenía importancia, solo ellos dos; todo lo demás no existía. Se
descubre ahora ansiando cosas que jamás había pensado desear, ese cuerpo a lado suyo, parecía que lo quemaba, su corazón desenfrenado, sentía que se iba a salir de su pecho. Cosas que le parecían extremadamente seductoras... y estaban dentro de su alcance.
Bastaba con extender las manos.
Y fue lo que Jimin hizo, estiró sus brazos y sus pequeñas manos lo buscaron en medio de la oscuridad.

Inspirando profundamente, Jimin rozó el rostro de su marido, con sus pequeños y suaves dedos en una caricia suave. Quería decir algo, aunque no supiese bien qué. Pero las ganas de hablar desaparecieron al sentir los dedos de él tocarle
los párpados, la nariz, los labios, en una exploración gentil y delicada. Una sensación embriagadora
comenzó a esparcirse en sus venas, arrastrándose a un torbellino delicioso.

En un movimiento súbito, Jungkook retiró las sábanas que los cubrían, yendo a dar al suelo, lo que llevó a Jimin imaginar si el dolor sobre el cual Irene le había hablado era inminente. En ese mismo instante se puso tenso, aguardando lo peor. Sin embargo en vez de asustarlo, Jungkook simplemente tomó algunas mechas negras entre sus dedos y las alisó lentamente, retiro el cabello de su rostro pues quería apreciar toda su belleza.

- Cabellos lindos, perfumados... - él susurró antes de dejar que la mecha cayera sobre su mejilla y seguir con la punta de su dedo hasta llegar al valle del pecho de su esposo, haciéndolo estremecer, una corriente se hizo presente y el estremecimiento por el suave contacto.

Entonces Jungkook lo besó con una ternura tan grande, suave y delicado que Jimin sólo consiguió desear más y más.

Vacilante, tocó el rostro masculino con las puntas de los dedos, quería verle el rostro, quería saber a quién iba a entregarse; más eso ya no tenía importancia, solo sabía que era"su caballero rojo". La piel suave mostraba una ligera aspereza en la región maxilar. Su marido debía haber tenido barba recientemente, pensó entreabriendo los labios. Muy pronto perdió la capacidad de razonar con claridad. Al sentir la lengua ávida explorar el interior de su boca, Jimin gimió alto, maravillado con las sensaciones que lo recorrían de pies a cabeza, le faltaba el aire, sentía que en cualquier momento colapsaría.

꧁ᎬᏞ ᏟᎪᏴᎪᏞᏞᎬᎡϴ ᎡϴᎫϴ꧂ ꧁𝘬​ꪑ꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora