꧁​ᥴꪖ​ρ 10 ꧂

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Pero como cualquier otro recuerdo, estaba comenzando a desvanecerse.

A veces se preguntaba si no había sido solamente un sueño. ¿Realmente ese beso había sucedido días atrás? Sin lograr contener el impulso, Jimin llevó sus dedos a sus labios, como si intentará recapturar esa exquisita sensación dolorosamente deliciosa.

Entonces, irritado con su propia tontería, hundió la cabeza en el agua y se puso a lavar su cabello.

Al terminar su baño, Irene le entregó uno de sus hermosos trajes que había traído de Hoedong-dong. Fuese por una simple cuestión de satisfacción personal o por mera curiosidad, estaba decidido a causar la mejor de las impresiones en la cena de esa noche.

El traje de terciopelo color granate; el pantalón ceñido a mis piernas, con camisa negra de grasa transparente con escote en V mostrando mis sensuales clavículas, las mangas con un estilo romántico con doble pretina; acampanada en las muñecas, un corset underbust negro con cadenas como adornos en las orillas de la prenda colgantes. Me miro al espejo, la prenda me queda hermoso; la camisa mostraba mi torso con un escote marcado hasta el valle de mi pecho una visión mostrada con osadía; acompañado con unos botines de tacón

Una tiara de oro adornaba su frente y en sus orejas unas chispas de diamante. En la oscuridad de los aposentos del Caballero Rojo, Jimin lo miró provocativamente mientras cenaban, buscando actuar de una manera sensual y descarada al grado de morder su labio inferior.

Pero Jungkook parecía indiferente, o estaba intentando ser completamente ajeno a sus tentativas de seducción.
Para complicar la situación todavía más, él ni siquiera daba muestras de mirarlo. ¿Por qué tomarse el trabajo de parecer hermoso y deseable? El Barón ni siquiera lo miraba, Irene con seguridad no lo aprobaría por buscar despertar la atención de un hombre que se escondía en las sombras, como un leproso... o algo peor... Si tuviese una pizca de sentido común, la nana debería estar de rodillas agradeciéndole a Dios porque el barón la dejara en paz.

Jimin corrió el plato a un costado, esforzándose por creer que su inquietud y frustración se debían
a un cambio de luna y que nada tenían que ver con ciertos deseos inconfesables.

Aún así, cuando Jungkook habló, el tono bajo y profundo de su voz lo dejó enteramente electrizado.

- ¿Vas a cantar para mí esta noche?

- Si quieres. ¿Debo llamar al muchacho para que toque la flauta?

- No es preciso. Tu voz es tan bella que no necesita acompañamiento.

Feliz con el elogio, Jimin cantó una canción tras otra. Su favorita era una balada de amor, triste y dulce. Y fue con esa canción que el doncel dio la noche por terminada.

-¿No vas a cantar ninguna más? - Jungkook preguntó sin disimular su decepción.

- Por hoy es todo. O mañana estaré muy ronco.

꧁ᎬᏞ ᏟᎪᏴᎪᏞᏞᎬᎡϴ ᎡϴᎫϴ꧂ ꧁𝘬​ꪑ꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora