Sobreviviente de la terrible fiebre que acabó con la vida de sus dos hermanos, la sorpresiva muerte de sus padres, lo había dejado solo.
Con una fortuna que él sabía administrar mejor que nadie.
El rey de Corea le había ordenado casarse, si no toda...
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Sería su imaginación o sus dedos habían tocado una cosa sólida tal vez un miembro frío e inerte?
Con movimientos frenéticos logró tocar uno de los tobillos de Jimin. Atontado por la falta de aire y por la suerte, Jungkook tomó el cuerpo de sus esposo y tomó un impulso hacia la superficie.
Tomando aire a grandes bocanadas, el barón nado con brazadas fuertes y vigorosas en dirección a la orilla. Entonces levantándolo en sus brazos, buscó terreno firme, haciendo el intento por no resbalar sobre la hojas húmedas del suelo, finalmente logró encontrar un lugar que juzgaba era firme y seco, lo más apartado posible de la costa.
El frío intenso le castigaba el cuerpo mojado penetrando hasta los huesos. Sin embargo esa extrema incomodidad no se comparaba con el terror que le atravesaba el alma, al miedo que le apretaba el corazón con garras filosas.
¡Oh dios! ¿Todos sus ruegos fervorosos habían sido en vano? Todos sus esfuerzos no habían servido para nada a no ser para rescatar el cuerpo de su esposo muerto.
-¡No! -Jungkook pegó un fuerte grito al infinito.
No permitiría que la muerte de su esposo se transformará en un hecho consumado. Actuando como si la simple fuerza de voluntad pudiera revivirlo, lo puso de pie, aferrando el cuerpo inerte contra su pecho dando comienzo a masajes en su espalda frágil con movimientos rápidos y vigorosos, intentando desesperadamente, que el agua saliera de sus pulmones mientras luchaba por no entregarse al pánico creciente en su pecho.
-¡Jimin…Jimin, amor…mi amor, amor mío respira, respira por favor, por lo que más quieras respira…!
Cuando finalmente logró escucharlo escupir y toser, atragantado, Jungkook sintió un alegría y un alivio que había dejado salir lágrimas de completa felicidad.
- Jungkook - Jimin susurró, todavía teniendo una enorme dificultad para poder respirar - ¿Qué pasó? ¡Estoy helándome!
Dominado por la emoción tan fuerte, el barón tuvo ganas de caer de rodillas y agradecer al cielo por la gracia obtenida, entonces lo abrazó como si nada pudiera separarlos.
-¡Mi lord! - al oír la voz de Hoseok, Jungkook levantó la cabeza. Aunque parecía una eternidad desde que Jimin había caído a las aguas heladas del lago, tenía conocimiento del poco tiempo que había pasado, sus hombres habían llegado lo más rápido posible y merecían ningún tipo de castigo. En verdad que eran más que bienvenidos.
-¡Hoseok! Dame tu capa, es para mi lord - inmediatamente el siervo ordenó a los soldados que mantuviese distancia y ellos de inmediato obedecieron lo que les fue pedido - Mi lord irá al castillo antes que yo. Y jamás volverá a cabalgar en este maldito caballo otra vez.
-¡Fue a causa del venado! - Jimin se apresuró a protestar, su mandíbula le temblaba a causa del frío - el maldito veneno blanco vino corriendo a mi dirección; como si quisiera hacerme mal, juro en el nombre de dios, que nunca; nunca más creeré en las historia ridículas de Irene.
