Sobreviviente de la terrible fiebre que acabó con la vida de sus dos hermanos, la sorpresiva muerte de sus padres, lo había dejado solo.
Con una fortuna que él sabía administrar mejor que nadie.
El rey de Corea le había ordenado casarse, si no toda...
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⚜EPÍLOGO⚜
- Buen día, mi amor - Jungkook abrió las cortinas, dejando que la luz del último día del año entrara justo para que inundará los aposentos y bañara la figura de Jimin sobre la cama.
Inmóvil, Jungkook admiraba la belleza suave y perfecta de su hermoso doncel.
Desde el momento en que lo había visto por primera vez, no se cansaba de mirarlo.
Los cabellos largos estaban esparcidos sobre la almohada, una masa de cabello
rubio, casi plata, y tan brillante que ofuscaba todo a su alrededor.
Jimin parecía un ángel caído del cielo. Jungkook sintió una presión detrás de los ojos que no tenía nada que ver con su antiguo problema de ceguera. Como si se hubiera dado cuenta que era el centro de sus atenciones, Jimin abrió los ojos.
- Me estabas mirando, cariño? - indaga provocativamente.
- Si. Juro que eres el hombre más lindo de la Tierra.
- Su elocuencia es inspiradora, pero poco convincente - Jimin respondió sonriendo mientras se pasaba la mano por la barriga enorme - Por lo tanto, puedes ir a cuidar de tus quehaceres. Además es mejor que te apresures para no perder la misa... otra vez.
- Si, creo que es mejor que nos apresuremos. Sólo espero que el nuevo sacerdote no haga un sermón muy largo.
-¡Jungkook!
- Es que apenas puedo esperar para dar inicio a las festividades que has preparado. Ahora que tienes la
cabeza de jabalí, ¿La fiesta de despedida de año será casi perfecta, verdad?
Los Lords del castillo de Man Deok-dong presidiendo de las celebraciones en el salón principal, rodeados de ricos tapices y con las despensas llenas para aplacar el
hambre de los aldeanos y de los numerosos residentes del castillo.
- Kook... - Jimin se mordió el labio, una señal evidente de su nerviosismo.
-¿Qué pasa?
- Siento decirlo, pero creo que no estaré presente en la cena.
-¿Por qué? - aunque intentaba disimular su decepción, Jungkook no conseguía controlar su tono desanimado.
Después de todo, las fiestas de Navidad habrían cerrado perfectamente ese año en que su esposo había hecho tanto por Man Deok-dong.
Tan pronto como había recuperado la vista, él barón había quedado muy sorprendido con las mejoras de Man Deok-dong, y había insistido; para que Jimin continuase con su trabajo de convertir al castillo en un lugar más habitable.
