꧁​ᥴꪖ​ρ 27꧂

1.4K 212 9
                                    






- Tal vez. Y todo por culpa de tu maldito hermano. Él me ha estado cazando como a un animal, impidiéndome, escapar a Tokio o al campo... no importa a donde vaya, él continúa siguiéndome, aunque yo no deje rastros. Tu hermano es... un demonio... 

Jimin se dio cuenta de la desesperación contenida en la voz completamente descontrolada de Kai. Allí estaba un hombre forzado a ir más allá de todos sus límites y al borde de la locura. Un hombre que ya no tenía nada que perder, por eso le causaba miedo. 

-¿Cómo lograste entrar aquí? - Jimin indagó lentamente, esforzándose por calmarlo.

- Oí decir en la aldea, que tu habías solicitado un sacerdote para Man Deok-dong. Fue fácil conseguir un disfraz y pasar por los portones. 

-¿Quieres decir que viniste solo? - aún sabiendo el estado de profundo nerviosismo y agitación en que Kai se encontraba, estaba impresionado por la osadía del barón. 

- No tenía otra elección. No hay nadie más a mi lado, nadie que me ayude. Tu hermano consiguió perseguir a cada uno de mis hombres hasta matarlos o convencerlos de apartarse de mí. No hay dinero en el mundo que pueda traer a mis soldados de vuelta o que pueda conseguir nuevas alianzas. 

Kai no había actuado como un hombre valiente al entrar en Man Deok-dong, sino como una criatura asustada y acorralada, más allá de lo soportable. Presionando la daga contra el cuello de Jimin, él comenzó a caminar en dirección a la puerta, arrastrándolo consigo. 

- No ganarás nada llevándome contigo - Jimin protestó - Hoedong-dong jamás podrá pertenecerte ahora. 

-¡Si, lo sé, y que ese diablo cargue con ese castillo de mierda! Sólo quiero encontrar un lugar seguro y tú serás mi salvoconducto. Teniéndote en mis manos, tu hermano no se atreverá a molestarme.

-¿Escondiéndose detrás de la capa de un doncel, Kai? 

La voz de Jungkook hizo eco en el salón, casi haciéndolo desmayar de alivio. Detrás de su lord, Glenna retorcía sus manos, angustiada. Con seguridad la cocinera había reconocido a Kai y había corrido en busca del barón.

Kai no parecía reconocer el peligro o la gravedad de la situación, porque emitía veneno e ironía por todos sus poros. 

- Entonces nos volvemos a encontrar, Caballero Rojo. Tú mismo probaste que la leyenda creada en torno a tu nombre no es más que una mentira. ¡Si el maldito hermano de Jimin no hubiese venido en tu ayuda, ya estarías muerto a esta altura, aplastado por mi ejército! 

Por un momento Jimin tuvo miedo de que su esposo perdiese la cabeza ante la provocación, sin embargo él permaneció calmo y atento, con una sonrisa desdeñosa en su rostro. 

- Ah, sólo que no crees que la llegada de Chanyeol fue una simple coincidencia, ¿No es así? Crees que hice que mi cuñado resucitase de entre los muertos.

Jimin miró a su esposo con un respecto redoblado. Nunca lo había visto recurrir al mito creado en torno a sí mismo antes. Ahora, allí estaba, seguro, controlado, enorme y amenazador. 

Si, Jungkook parecía tener poderes que escapaban de los de un ser humano común. 

A pesar de haber sido abofeteado por las palabras del Caballero Rojo, Kai rió, el sonido estridente demostraba puro terror. 

- Un cuento fantástico. Perfecto para alimentar el mito entre los aldeanos, que deben adorar ese tipo de historias. Ahora, vamos, muévete, sal de mi camino o le cortó la garganta a tu puto. 

- Suéltalo ahora y te dejaré vivir. 

Kai escupió en el suelo.

- Haz tu trabajo, Caballero Rojo. Llama a tus demonios y haz que me destruyan. 

꧁ᎬᏞ ᏟᎪᏴᎪᏞᏞᎬᎡϴ ᎡϴᎫϴ꧂ ꧁𝘬​ꪑ꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora