El retorno de la obsesión

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Luzu

Auron y yo estábamos sentado en el sofá, mi brazo se extendía y de forma protectora delante de Auron, él aferraba sus temblorosas manos a mi camiseta y escondía su rostro detrás de mí espalda mientras murmuraba palabras.

Tenía miedo de que colapsara o algo peor. El timbre sonó y ambos dimos un brinco. El psicópata se levantó con una gran sonrisa, sin pensármelo dos veces abracé a Auron protegiendolo con mi cuerpo.

Abrí los ojos al ver que no pasaba nada, él me miraba con una mirada extraña en sus, una casi sin sentimiento. Después de unos segundo me di cuenta de que no me miraba a mi si no a la bolita que se escondía debajo de mí, tapé a Auron con mi cuerpo, de nuevo, rompiendo el contacto que sus ojos teniendo con su cuerpo.

Entonces el loco si que me miró a mi, pero esta vez su mirada en lugar de ser indescifrable para una mente sana, se tenaformo en una de profundo odio, en sus ojos se podían ver los claros celos y la molestia.

–  Cariño ¿No me quieres mirar? – Habló con una asquerosa y siniestra vos "cariñosa".

El timbre volvió a sonar, Wiss suspiró y fue hacia la puerta con el arma recargada.

– No estoy de humor. Entrad uno a uno sin hacer ninguna tontería, quien lo intente le pegaré un tiro, no me importa cargarme a uno de vosotros, sois desechables. –

Los chicos aparecieron en el salón con las manos en alto.

– Ponles las esposas a todos. Será mejor que no haya trucos por que si los hay te mataré a ti y a quien se la hayas puesto mal. – Ordenó tirándole seis esposas.

¿De dónde a sacado esto? ¿Los robo del psiquiátrico del qur se escapó? Más importante ¿Porque el maldito psiquiátrico, de supuesta seguridad top 1 en el mundo, deja escapar a un recluso y además no nos avisa de su fuga?

Cuando Rubius acabó de poner las esposas a los chicos que estaban sentados en el suelo con los ojos llenos de rabia puestos en Wiss.

– Te queda uno más – Dijo Wiss señalando a Rubius con el arma.

Este tembló y me miró asustado.

– Haz lo que te dice, estaremos bien, lo prometo. – Lo intenté tranquilizar.

Rubius se mordió el labio inferior intentando no llorar y me puso las esposas susurrando un "Lo siento", pero no había nada que perdonar, el único culpable era el loco que nos apuntaba con un arma cargada.

Rubiis cogió la última esposa y se acercó a Auron.

– ¡NO! A él no lo toques. Esas son para ti. – Expresó con indiferencia.

Se acercó a Rubius, Vegetta intentó levantarse pero Willy lo detuvo. Wiss esposó  a Rubius y lo empujó al suelo.

– Ups, lo siento... ¿Fui muy brusco con tu ex? No me lo tengas en cuenta, Vegetita. – Se burló.

– No es real... No es... No lo es.. –

Desvíe la atención de la discusión que se llevaba acabó y presté atención al pequeño que estaba muerto de miedo y perdido entre lo ficticio y lo real.

Debía ponerle los pies en la tierra y evitar que dudará de su mente.

– Tus ojos no te mienten, no estás teniendo una alucinación. Esto es real y está pasando aquí y ahora. Te necesito, se que tienes miedo pero necesito que estés en tus cinco sentidos. Por mi, por favor. –

– No puede ser real... –

– Auron acéptalo, cuanto antes aceptes que ese cabron está en nuestro salón amenazandonos a nosotros y a nuestros amigos. Eres el único con las manos libres, cuanto antes despiertes antes podremos pensar en una solución para salir de esta situación. Por favor mi amor. –

El hijo del amigo de mi padre Luzuplay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora