Fuera de lugar

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Auron

Era el día de la gran fiesta, mis padres estaban ilusionados con los regalos que Luzu les dio, más que a una fiesta familiar parecía que íbamos a una gala.

Por la mañana llegaron dos mujeres a casa, decían ser las maquilladoras, llamé a mi madre para que viniese, no sabía a quien pretendían maquillar. Después de explicarme que me maquillaria a Luzu y a mí, como a los actores o modelos antes de ponerse frente a una cámara, un maquillaje natural y casi invisible.

Cuando mis padres llegaron ya vestidos con los lujosos trajes, Luzu le indicó a la maquilladora que maquillaje a mi madre. Entre el vestido, el impecable maquillaje y su lacio y oscuro cabello, parecía una reina poderosa.

– Mamá, atraerás todas las miradas. –

Ella me miró con una tímida sonrisa y se miró en el espejo.

– ¿Tu crees? Nunca me he puesto un vestido tan lujoso y mucho menos e ido a este tipo de eventos, aún así lo haré por ti. Eres tu el que atraerá todas las miradas. – Me respondió sin quitar la vista del espejo.

– Tranquila señorita Álvarez, me ocupare de que Auron este lo más cómodo posible, al igual que ustedes. Por favor no dudes ni os avergonzarse de pedirme lo que sea. Estas "fiestas" son agobiantes y tóxicas. Además del pesado foco de las cámaras siguiendo nuestros pasos.– Explicó Luzu, mientras yo le ponía aquel broche que compramos en conjunto.

– ¿Cámaras? – Preguntó mi padre, el también estaba elegante.

– Si, habrá una alfombra roja. Muchos periodistas querrán cubrir la noticia de esta fiesta. Pero tranquilos, solo los periodistas comprometidos con mi familia, podrán grabar, hacer entrevistas y fotografiar dentro. El contenido es exclusivo. – Explicó con calma, antes de colocarme de igual forma que to lo hice, el broche en el pelo.

– Suena algo muy... estresante. Hijo ¿Estarás bien? – Preguntó mi madre con voz preocupada.

Asentí con una convincente sonrisa, trate de no hacer obvia mi ansiedad y mis ganas de vomitar. Si superó esto, será un enorme paso en mi recuperación psicológica.

El coche llegó y mis padres fueron los primeros en bajar y subirse a este, nosotros dos esperamos a que el segundo coche llegase.

– ¿Seguro que estás bien? – Me susurro Luzu.

– Si... bueno, algo ansioso y con unas ganas de vomitar increibles... pero se me pasará... una vez estemos en la fiesta, estoy seguro. – Dije mirándolo con firmeza.

– Cualquier mal síntoma, por muy leve que sea, al mínimo mal estar, me lo cuentas, nada de "Es que no quería preocuparte o estropear el ambiente" o "Es que no era nada grave". Ninguna pequeña señal parece grave en el momento. Lo último que quiero es que te hagas daño con  todo esto o que te de un ataque de pánico o ansiedad. Por favor, prométeme que me contarás cualquier mal estar en el momento en que lo sientas. – Dijo con el rostro lleno de preocupación, me agarro de los hombros sin quitarme la mirada de encima.

– Lo prometo, tu prométeme que disfrutarás de la noche y no estarás todo el tiempo preocupado por mí. –

– Prometo disfrutar, lo otro es demasiado difícil para cumplir, pero lo cumplire parcial mente. No sera todo el tiempo, solo el 80% de éste, en el que me preocupe y el 10% en el que no. –

Solte una risita, antes de subir al lujoso coche negro. 

Cuando llegamos al lugar, me quedé boquiabierto. Saque mi teléfono y desde el coche fotografié a toda esa gente que se amontonaban tras la barrera de seguridad que los guardias vigilaban, para que nadie saltase a la inmensa e impecable alfombra roja.

El hijo del amigo de mi padre Luzuplay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora