Rebeldía

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Luzu

Al llegar a casa lo primero que hice frase cerrar la puerta fue tirar de la cintura se mi pequeño novio y robarle un beso.

– Luzu... – Susurró una vez nuestros labios se separaron.

– ¿Qué? – Pregunté con falsa inocencia.

Obviamente Auron no estaba listo para la intimidad y mucho menos hoy que tuvo otra de aquella ilusiones, así que solo entrelace nuestros labios, el no tardo en colgarse de mi cuello y enrollar su lengua con la mía.

Nos separamos, ambos con las respiraciones aceleradas. Mire sus ojos oscurecidos los cuales también me miraban, aquel picaresco brillo que desprendió su media sonrisa hizo que todo mi cuerpo temblara.

Me intente alejar pero Auron se pegó a mí aún más. Cualquier minúsculo milímetro de espacio desapareció, tiro de mi corbata con una mano y la otra la enredó entre las hebras de mi cabello. Sentí como si mano que lo despeinada mientras atacaba mis labios con pasión, se chocaba con aquel broche de pelo que me había medio comprado, sin pudor alguno y con una sola mano, lo abrió y lanzó al sofá.

Esta situación era peligrosa, mi parte baja no tardaría en empezar a crecer y estos pantalones son muy ajustado, no quiero que me vea en ese estado y se sienta presionado o algo así.

Con pena y odiandome por ello, rompí nuestro beso y me alejé de él, por un lado estaba aliviado porque no notaría que algo comenzaba a despertar, pero por otra parte mi cuerpo se retorcía pidiendo que volviese a unirlo a su otra mitad.

– Te espero arriba, adiós. – Dije con rapidez antes de perder la cordura y sucumbir a mis más fuertes deseos.

– Pero Luzu... – Corrí escaleras arriba, me metí en el baño y antes de poder cerrar la puerta para aliviar lo que ya estaba más que despierto, la mano de Auron detuvo la puerta.

Pare en seco temiendo haberle echo daño.

– ¿Que haces? Podrías haberte echo daño. ¿Y si llego a cerrarse la puerta y te pillo los dedos o la mano entera? – Dije cogiendo su mano para inspeccionar que estuviese bien.

Sl subir la mirada vi la mirada triste de Auron que hacia un adorable puchero, tenía la mirada fija en mi pantalón, el cual dejaba en evidencia mi erección.

– ¿Por qué huyes de mí? – Preguntó triste.

– No huyó de ti... huyó de mi mismo ¿no ves lo irresistible que eres? Podría atacarte en cualquier momento. –

Auron sujeto dos dedo de mi mano y la  balanceo de un lugar a otro.

– Pero... yo también quiero atacarte. – Dijo con una vocecita que amenazaba con romper los límites de mi cordura.

– Auron... no tienes que forzarte a hacer nada que no...  –

– ¿Qué? ¿Forzarme? Luzu llevamos sin hacer nada desde que pasó lo que pasó... más haya de besos y caricias no hay nada más, se que es por mi culpa pero... ya estoy listo, te necesito. Por si tu tampoco te has dado cuenta tu cuerpo me resulta irresistible, tanto que duele. – Admitió.

Baje la mirada y note como Auron y yo estábamos en las mismas. Quería dejarme llevar, quería tenerlo en mis brazos como lo hacía antes, de una forma más íntima... pero no quería que se sintiera... mal.

– Luzu, nunca cambiaras – Suspiró dándome un golpecito con sus dedos en mi frente. – Siemore pensando tanto con esa cabecita tuya. Mírame, no pienses en nada más, no pienses en nadie más... solo mírame, solo a mí. Solo déjate llevar y todo ira muy bien.–

El hijo del amigo de mi padre Luzuplay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora