i. valdelobos

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Una melodía tranquila de guitarra se escuchaba por todo el vehículo, siendo manejado por unos policias mientras tenían la misión de trasladar a unos ciudadanos. Aunque estos mismos no sabían bien qué tenían que ver esos estadounidenses con España, mucho menos con un pueblillo como el de Valdelobos. Tenían curiosidad por lo que no tardaron en alzar la voz, dando a notar su interes.

─Así que diganme, yanquis... ─habló uno de los policias, inclinandose sobre el asiento de copiloto para ver a uno de los agentes en la parte trasera─. ¿Qué les trae a un sitio tan horrible? Porque esto es el fin del mundo.

Leon Kennedy, un hombre de veintisiete años, con un cabello lacio y rubio, un cuerpo que desde lejos se notaba que era bien entrenado, y con una expresión tan serena e ilegible pero que, sin embargo, sus ojos dejaban demostrar demasiado. Sufrimiento.

─Digamos que... buscamos a alguien ─respondió, recargando su cabeza en su mano la cual usaba de soporte la puerta del coche.

Leon miró de reojo a su nueva compañera, la cual le fue asignado a último momento, diciendo que sería mejor y más llevadero obtener algo de ayuda extra. Ella Wright.

La mujer miraba por la ventana, con una postura tan derecha, elegante cruzando sus piernas, con una vestimenta recién planchada que no importaba lo tanto que se moviera, siempre estaba en buen estado. Una mujer que ni bien la vieras, ya dirías que es un sinónimo de la perfección. Incluso usaba tacones, y eso en una misión de alto riesgo no era muy bien visto. ¿Pero acaso a ella le importaba?

Ella Writgh se viste como quiere, total como ella dice: "Si me duelen los talones bien por mí, yo soy la que decide si sufrir o no". Porque elegante y bien arreglada siempre será lo primero en la lista.

─Ese alguien debe ser muy importante ¿eh? ─dijo el policia, haciendo que Leon desviara la mirada de su compañera la cual sonrió levemente al darse cuenta, ciega nunca fue su segundo nombre─. El jefe lo dejó bien claro: "ayúdenle", dijo.

─Bueno, seguro que no venimos a hacer una barbacoa... ─el policia se rió ante su "chiste" y Leon se encogió de hombros, volviendo su atención al paisaje─. O quizá si.

Más que paisajes solo eran puros árboles pasando rápidamente, uno tras otro. La noche había llegado hace unos cuantos minutos, ya no había ni un rayo de sol.

─Qué extraño sentido del humor ─se burló el policia, Ella alzó las cejas dejando de mirar hacía afuera para mirarlo a él, aún así, sólo lo miraba con atención─. Les voy a contar un secreto. Entre nosotros. Ha desaparecido mucha gente por aquí. Y lleva pasando mucho tiempo.

─¿Entonces, nadie ha hecho algo por esas desapariciones? ¿O es otro mal chiste intentando ganarle a mi compañero?

Por primera vez en todo el viaje la voz de Ella llenó el ambiente, ni siquiera cuando el conductor le habló dijo algo. Ella no era de muchas palabras, o por lo menos, no con desconocidos. Ni siquiera con Leon, sólo habló lo justo y necesario.

El policia rió, casi sorprendido por escuchar su voz.

─Juro que lo que digo no es un mal chiste, yanqui ─Ella soltó una risa nasal, volviendo su mirada a la ventana─. Ni yo sé porqué no hacen nada por esas desaparecidos, pero juro que no es un mal chiste para ganarle a tu compañero.

Ella simplemente asintió y volvió a mantenerse callada, conteniendo la poca información. Debía de saber todo sobre el pueblo. Claro, la prioridad era Ashley Graham, pero Ella tenía sus propios planes que no involucraba a Leon. Mejor dicho, nunca involucraba a alguien, lo suyo era lo solitario.

Pero tuvo que hacer excepciones.

─Mmm... La semana pasada hubo una búsqueda de unos excursionistas ─volvió a contar, recordando esas noticias y las charlas con sus demás compañeros.

¹BEAUTIFUL LIAR, leon kennedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora